Capítulo 111—El respeto y el amor a los padres
Los que quieren seguir verdaderamente a Cristo, deben dejarlo
morar en el corazón y entronizarlo allí en forma absoluta. Deben
representar el espíritu y carácter de Dios en su vida doméstica y ser
bondadosos y corteses con aquellos con quienes se relacionan.
Hay muchos niños que profesan conocer la verdad y no tributan
a sus padres el honor y afecto que se les debe, que manifiestan poco
amor hacia ellos y no los honran cediendo a sus deseos o tratando
de evitarles ansiedad. Muchos de los que profesan ser cristianos no
saben lo que es “honra a tu padre y a tu madre”, y en consecuencia
poco sabrán lo que significa “para que tus días se alarguen en la
tierra que Jehová tu Dios te da”
Nuestros jóvenes declaran abiertamente que se cuentan entre los
que guardan los mandamientos de Dios, y sin embargo muchos de
ellos descuidan y violan el quinto mandamiento, y por lo tanto no
pueden recibir la rica bendición prometida a los que observan este
precepto, “honra a tu padre y a tu madre”.
Nunca entrarán en la tierra nueva, en la cual podrían vivir eter-
namente, a menos que se arrepientan de su pecado y reformen sus
costumbres y su carácter mediante la gracia de Cristo. Los que no
respetan y aman a sus padres no respetarán ni honrarán a Dios. Los
que no soportan la prueba, los que no honran a sus padres temerosos
de Dios, no obedecerán a Dios, y por lo tanto no pueden esperar
[330]
entrar en la tierra prometida.
La obediencia implica un destino
Los jóvenes están decidiendo ahora su destino eterno, y yo quisie-
ra rogaros que consideréis el mandamiento al cual Dios ha añadido
semejante promesa: “Porque tus días se alarguen en la tierra que
Jehová tu Dios te da”. Niños, ¿deseáis la vida eterna? Entonces,
respetad y honrad a vuestros padres...
Éxodo 20:12
.
314