Elementos para la edificación del carácter
329
Queridos niños y jóvenes, Jesús ha hecho todo lo que está a
su alcance para daros un hogar en las mansiones preparadas para
los que lo aman y sirven aquí. El dejó su hogar celestial y vino a
un mundo desfigurado por el pecado; vino a un pueblo que no lo
apreciaba, que no amaba su pureza y santidad, que despreciaba sus
enseñanzas, y que finalmente lo entregó a la muerte más cruel. “De
tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna”
El aspecto exterior
Dios quiere algo a cambio de este gran sacrificio que ha hecho en
favor vuestro. Quiere que seáis cristianos, no sólo de nombre, sino en
vuestra manera de vestir y conversar. Quisiera que os conformarais
con vestir modestamente, no con volados y plumas y adornos inne-
cesarios. Desea que tengáis modales atrayentes, modales que el cielo
pueda aprobar. ¿Defraudaréis sus esperanzas, queridos jóvenes?
La apariencia exterior es frecuentemente un índice de lo que es
la mente, y deberíamos cuidar lo que exponemos para que el mundo
juzgue nuestra fe. Queremos que sigáis a Jesús como hijos queridos,
obedientes a su expresa voluntad en todas las cosas. Queremos que
agradéis a vuestro Redentor buscando seriamente ese adorno interior.
[345]
De este modo, con la ayuda de Jesús, podréis vencer el yo día tras día.
El orgullo y el amor a la ostentación quedarán excluidos de vuestro
corazón y de vuestra vida. Serán estimulados la mansedumbre y el
amor a la sencillez. De este modo pueden llegar a ser los jóvenes un
ejército de fieles soldados de Cristo.
Vivimos en tiempos peligrosos, cuando aquellos que profesan
amar y obedecer a Dios lo niegan en su vida diaria. “Porque habrá
hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios,
blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto
natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborre-
cedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de
los deleites más que de Dios; que tendrán apariencia de piedad, pero
negarán la eficacia de ella”
Dios no quiere que seáis hallados en
Juan 3:16
.
2 Timoteo 3:2-5
.