Página 368 - Mensajes Para los J

Basic HTML Version

Capítulo 131—La recreación cristiana
Mientras estamos procurando refrescar nuestro ánimo y vigori-
zar nuestro cuerpo, Dios requiere de nosotros que empleemos todas
nuestras facultades en todo momento con el mejor propósito. Po-
demos y debemos dirigir nuestras recreaciones de tal manera que
nos dejen en mejores condiciones para desempeñar con éxito los
deberes que nos incumben, y que se acreciente el beneficio de nues-
tra influencia sobre aquellos con quienes tratamos. Podemos volver
de esas ocasiones a nuestros hogares con mejor ánimo, refrigerados
físicamente y preparados para reanudar nuestro trabajo con más
esperanza y valor...
Estamos aquí para beneficiar a la humanidad y a la sociedad;
pero si permitimos que nuestra mente vaya por el cauce bajo por
el cual muchos que buscan solamente la vanidad y la insensatez
dejan correr las suyas, ¿cómo podremos beneficiar a nuestra especie
y a nuestra generación? ¿Cómo podemos ser una bendición para la
sociedad que nos rodea?...
Principios en contraste
Entre las compañías frecuentadas por los seguidores de Cristo
para obtener recreación cristiana, y las reuniones mundanas para
obtener placer y diversión, existirá un notable contraste. En vez de
la oración y mención del nombre de Cristo y de las cosas sagradas,
se oirá de los labios de los mundanos, la risa insensata y la conver-
sación trivial. Su propósito es divertirse en forma. Sus diversiones
[384]
comienzan con insensatez y terminan con vanidad. Debemos con-
ducirnos y dirigir nuestras reuniones de tal manera, que al volver
a nuestros hogares podamos tener una conciencia libre de ofensa
hacia Dios y los hombres; una seguridad de que no hemos herido ni
perjudicado en nada a aquellos con quienes hemos estado asociados,
ni hemos ejercido una influencia perjudicial sobre ellos.
364