La influencia de las compañías
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con Cristo, serán uno con Cristo en acción. Los alumnos mayores
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de nuestras escuelas deben recordar que está en su poder amoldar
los hábitos y prácticas de los estudiantes menores; y deben procurar
sacar el mejor partido de toda oportunidad. Resuelvan no entregar
por su influencia a sus compañeros en manos del enemigo.
Jesús será el auxiliador de todos lo que ponen su confianza en
él. Los que están relacionados con Cristo tienen la felicidad a su
disposición. Siguen la senda por la cual los guía su Salvador, cruci-
ficando por causa de él la carne, con sus afectos y concupiscencias.
Han edificado sus esperanzas en Cristo, y las tormentas de la tierra
son impotentes para apartarlos del seguro fundamento.
La seguridad y la fidelidad
Os incumbe a vosotros, jóvenes y señoritas, decidir si queréis lle-
gar a ser dignos de confianza y fieles, listos y resueltos para decidiros
por lo correcto en todas las circunstancias. ¿Deseáis formar hábitos
correctos? Entonces, buscad la compañía de los que son sanos en lo
moral, cuyo ideal tiende hacia lo que es bueno. Las preciosas horas
del tiempo de gracia os son concedidas para que podáis eliminar
todo defecto del carácter, y esto debéis procurar hacerlo, no sólo a
fin de obtener la vida eterna, sino para ser útiles en esta vida. Un
buen carácter es un capital de más valor que el oro o la plata. No
lo afectan los pánicos ni los fracasos, y en aquel día en que serán
barridas las posesiones terrenales, os producirá ricos dividendos. La
integridad, la firmeza y la perseverancia, son cualidades que todos
deben procurar cultivar fervorosamente; porque invisten a su posee-
dor con un poder irresistible, un poder que le hará fuerte para hacer
el bien, fuerte para resistir el mal y para soportar la adversidad.
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El amor a la verdad y un sentido de la responsabilidad de glo-
rificar a Dios, son los incentivos más poderosos para perfeccionar
el intelecto. Con este impulso en acción, el estudiante no puede
ser trivial... Será siempre fervoroso. Estudiará como bajo los ojos
de Dios, sabiendo que todo el cielo está alistado en la obra de su
educación. Llegará a ser de mente noble, generoso, bondadoso, cor-
tés, semejante a Cristo, eficiente. Su corazón y su mente obrarán
en armonía con la voluntad de Dios.—
Consejos para los Maestros
Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 170-174
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