Capítulo 12—El esfuerzo especial de Satanás
Me ha sido mostrado que debemos estar en guardia por todos
lados y resistir con perseverancia las insinuaciones y estratagemas de
Satanás. El se ha transformado en un ángel de luz y está engañando
y llevando cautivos a miles. Es tremenda la ventaja que saca de la
ciencia de la mente humana. Aquí, bajo la apariencia de serpiente, se
arrastra imperceptiblemente para corromper la obra de Dios. Hace
humanos los milagros y las obras de Cristo.
Si Satanás hiciese un ataque abierto y atrevido al cristianismo,
llevaría al cristiano afligido y agonizante a los pies de su Redentor,
y el poderoso y fuerte Libertador haría huir atemorizado al osado
adversario. Pero Satanás, transformado en ángel de luz, obra sobre la
mente a fin de seducirla y apartarla del único camino seguro y recto.
Las ciencias de la frenología, la psicología y el mesmerismo han
sido el conducto por el cual Satanás se ha llegado más directamente
a esta generación, y ha obrado con ese poder que iba a caracterizar
su obra hacia el fin del tiempo de gracia.
Al acercarnos al fin del tiempo, la mente humana es afectada más
fácilmente por los ardides de Satanás. Este induce a los mortales
engañados a atribuir las obras y los milagros de Cristo a principios
generales. Satanás ha ambicionado siempre falsear la obra de Cristo
y establecer su propio poder y sus pretensiones. Por lo general, no
lo hace abierta y osadamente. Es astuto, y sabe que el medio más
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eficaz de efectuar su obra consiste en presentarse al pobre hombre
caído, en forma de ángel de luz.
En el desierto, Satanás se presentó ante Cristo en forma de hom-
bre joven y hermoso, más parecido a un monarca que a un ángel
caído. En su boca traía las Escrituras. “Escrito está”, etc., le decía.
Nuestro Salvador, doliente, le hace frente con la Escritura, diciendo:
“Escrito está”. Satanás saca ventaja del estado débil, doliente de
Cristo, quien tomó sobre sí nuestra naturaleza humana...
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