Capítulo 20—Cómo resistir la tentación
Los que son participantes de la naturaleza divina, no cederán a la
tentación. El enemigo está trabajando con todo su poder para vencer
a los que se esfuerzan por vivir la vida cristiana. Con la esperanza
de que cedan, los tienta. Así espera desanimarlos. Pero aquellos
que han asentado firmemente sus pies en la Roca de los siglos, no
cederán a sus estratagemas. Recordarán que Dios es su Padre y
Cristo su Ayudador. El Salvador vino a nuestro mundo a traer fuerza
a cada alma tentada y probada para que venza, así como él venció.
Yo conozco el poder de la tentación; yo conozco los peligros que
yacen en el camino; pero sé también que hay provisión de fuerza
suficiente para cada momento de necesidad, para aquellos que están
luchando contra la tentación.
Hay que esquivar las tentaciones innecesarias
“Mas fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que
podéis resistir; sino que dará también juntamente con la tentación la
salida, para que podáis soportar”
Y también a nosotros nos toca
una parte que realizar. No nos hemos de colocar innecesariamente
en el camino de la tentación. Dios dice: “Salid de en medio de ellos,
y apartaos..., y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para
vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas”
¿Cómo
podemos esperar que Dios nos guarde de caer, si por la asociación
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con los mundanos en busca de placer, por nuestra conformidad
con prácticas mundanas, por la unión de nuestros intereses con los
incrédulos, colocamos nuestros pies en la senda de la tentación y el
pecado?
Manteneos alejados de las influencias corruptoras del mundo.
No vayáis espontáneamente a lugares donde las fuerzas del enemigo
se hallan poderosamente atrincheradas.
1 Corintios 10:13
.
2 Corintios 6:17, 18
.
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