Sin componendas
Se me instruye decir que en nuestra obra educativa no debe
haber componendas con el fin de alcanzar las normas del mundo. El
pueblo de Dios guardador de los mandamientos no debe unirse con
el mundo para seguir las diversas ramas de trabajo de acuerdo con
los planes y la sabiduría mundanos.
Nuestro pueblo está siendo probado en cuanto a si obtendrá su
sabiduría del más grande Maestro que el mundo ha conocido o si
buscará al dios de Ecrón. Decidamos que no nos uniremos ni siquiera
por un hilo a los sistemas educacionales de los que no disciernen la
voz de Dios ni acatan sus mandamientos.
Debemos escuchar atentamente esta advertencia: “Entrad por la
puerta estrecha”. Los que transitan por la senda estrecha siguen en
las huellas de Jesús. La luz del cielo ilumina su camino.
¿Haremos ver al mundo que nuestros médicos deben seguir las
normas mundanas antes que puedan ser calificados para actuar con
éxito como médicos? Esta es la pregunta que ahora está probando la
fe de algunos de nuestros hermanos. Que nadie chasquee al Señor al
fomentar en sus asambleas la idea de que necesitamos obtener de
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los incrédulos una educación más alta que la especificada por Dios.
Se debe considerar la representación del gran Maestro como la
revelación suficiente en todo. Los que en nuestras filas se califiquen
como médicos deberán recibir solamente una educación que esté en
armonía con estas verdades divinas. Algunos han aconsejado que
los estudiantes deben, luego de matricularse en algunos cursos en
Loma Linda, completar su educación médica en las universidades del
mundo. Pero esto no está en armonía con el plan del Señor. Dios es
nuestra sabiduría, nuestra santificación y nuestra justicia. Se deben
proveer medios en Loma Linda para que la instrucción necesaria
en las ramas médicas sea impartida por instructores que teman al
Señor y que estén en armonía con sus planes para el tratamiento de
la enfermedad.
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