Página 156 - El Ministerio M

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Alta calidad de la facultad de Loma Linda
Aquí tenemos ventajas ideales para una escuela y para un sa-
natorio. Aquí hay ventajas para los estudiantes, y grandes ventajas
para los pacientes. Se me ha instruido que aquí debiéramos tener
una escuela dirigida sobre los principios de las antiguas escuelas
de los profetas. Ésta no debe funcionar en todo respecto como las
escuelas del mundo, sino que debe adaptarse en forma especial pa-
ra los que deseen dedicarse, no a objetivos comerciales, sino a un
servicio desinteresado para el Maestro.
Deseamos una escuela del más alto nivel, una escuela donde
se considere la Palabra de Dios como esencial y donde se enseñe
la obediencia a sus enseñanzas. Para llevar adelante tal institución,
debemos seleccionar a los educadores en forma cuidadosa. Nuestros
jóvenes no deben depender completamente de las escuelas donde se
les dice: “Si desea completar esta carrera debe hacer este estudio,
o algún otro estudio”: estudios que quizá no serán de beneficio
práctico para aquellos cuyo único deseo es dar al mundo el mensaje
de salud y de paz proveniente de Dios. En la educación que muchos
reciben, no solamente hay temas que no son esenciales, sino mucho
que es indudablemente objetable. Debemos esforzarnos por proveer
instrucción que prepare a estudiantes rápidamente para servir a su
prójimo.
Debemos buscar estudiantes que profundicen en la Palabra de
Dios, y que adapten las prácticas de su vida a las verdades de la
Palabra. Que la educación que se dé sea tal que califique a jóvenes y
señoritas consagrados para vivir en armonía con la gran comisión...
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Los médicos deben recibir su educación aquí. Aquí deben recibir
un molde tal que cuando salgan a desempeñar sus labores no busquen
apropiarse de los sueldos más elevados o de lo contrario no hacer
nada.—
Conferencia dada por Elena G. de White, 30 de octubre de
1907
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Manuscrito 151, 1907
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