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El Ministerio Médico
quebrantar el control que Satanás había obtenido sobre la mente
humana. Haced del Salvador el centro de atracción.
Un ministro dijo una vez que él no podía creer que Cristo hubiera
sabido algo acerca de la ciencia. ¿Acerca de qué pudo haber estado
pensando este ministro? ¡La ciencia! Cristo pudo haber abierto puer-
ta tras puerta de la ciencia. Él pudo haber revelado a los hombres
los tesoros de la ciencia con los cuales éstos se hubieran deleita-
do hasta el tiempo presente. Pero, sabiendo que se iba a usar este
conocimiento con propósitos insanos, no abrió la puerta.
Una ciencia peligrosa
No pedimos de vosotros que os coloquéis bajo el control de la
mente de ningún hombre. La cura mental es la ciencia más terrible
que haya existido jamás. Todo ser inicuo puede utilizarla para rea-
lizar sus propios intentos malignos. Nosotros no tenemos relación
alguna con tal ciencia; debemos temerle por completo. Ni el más mí-
nimo principio de esta ciencia debe incluirse en ninguna de nuestras
instituciones.
Cristo no puede hacer nada por las personas que se unen con el
enemigo. Su invitación a nosotros es: “Venid a mí todos los que estáis
trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre
vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y
ligera mi carga”. Cuando en nuestra experiencia diaria aprendemos
de su mansedumbre y humildad, hallamos reposo. Entonces no hay
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necesidad de inquirir por ninguna ciencia misteriosa que calme al
enfermo. Ya tenemos la ciencia que les provee descanso verdadero:
la ciencia de la salvación, la ciencia de la restauración, la ciencia de
una fe viviente en un Salvador vivo.—
Manuscrito 105, 1901
.
* * * * *
Para estudio adicional
La cura mental:
Consejos sobre la salud, 341-343
;
El Ministerio
de Curación, 185-200
;
Testimonies for the Church 3:168, 169
.
La relación de la mente con el cuerpo:
Consejos sobre la salud,
27, 29
.