Página 321 - El Ministerio M

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Amabilidad en la disciplina
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Propóngase seguir el ejemplo de Cristo
Que los que ocupan puestos de responsabilidad estén alertas, no
sea que debido a caracteres defectuosos y temperamentos deseme-
jantes a Cristo, obren contra el plan de Dios. La gloria de Dios y el
bien de los seres humanos debe llevar a toda persona a esforzarse
por ser un ejemplo de lo que se puede llegar a ser por medio de
la gracia de Cristo. Debe confiar completamente en los méritos de
Aquel que se dio a sí mismo como ofrenda con el fin de mediar entre
Dios y el hombre. Los esfuerzos de cada persona en cuyo corazón
se realice diariamente la obra de la gracia, tendrán sabor de vida
para vida para todos los que estén bajo su cuidado. Tendrá éxito al
trabajar por las almas que están por perecer. Los llevará al Pastor
principal, el único que puede salvar perpetuamente a todos los que
por él se acercan a Dios.
Los hombres que instruyen y guían a los que son ignorantes y se
hallan fuera del camino, necesitan mucho de la paciencia y el amor
de Cristo. Muchas veces su paciencia será probada; las personas
para quienes trabajan les parecerán lerdos de entendimiento; será
difícil guiarlos a actuar sobre principios correctos. Debe permitirse
que la verdad se relacione con ellos y les suavice y subyugue el
corazón. Los que tratan de ayudarlos deben tener habilidad para
guiarlos paso a paso, siendo conscientes de que deben implorar, no
obligar, a los pecadores que se reconcilien con Dios.
Cristo dice, mis ovejas oyen mi voz, y se apartan de las sendas
del pecado. Como Cristo trabajó, debe hacerlo usted: con ternura y
amor trate de guiar a los que yerran a la senda correcta. Esto reque-
rirá gran paciencia y tolerancia, como también una manifestación
constante del amor perdonador de Cristo. Debe revelarse diariamente
la compasión del Salvador. Debe seguirse el ejemplo que él dejó. Él
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tomó sobre su naturaleza sin pecado nuestra naturaleza pecaminosa,
para saber cómo socorrer a los que son tentados.
El que hace esta labor debe colocar en ella todo el corazón: pues
es una obra que requiere todo lo que uno tenga. El que la realiza
como una labor sólo por el sueldo, enfrentará un fracaso rotundo...
No es preciso llevar ante el administrador todo lo que necesita
corregirse. Cuando usted ve a un obrero en el error, vaya a él y
háblele con ternura y cariño, mostrándole un deseo sincero por su