Página 389 - El Ministerio M

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El diezmo
Las personas vinculadas con las instituciones establecidas por
Dios deben ser cuidadosas en reconocer al Señor en todo. A él le
deben su intelecto y todas sus habilidades, y esto lo deben reconocer.
Como lo hizo Abraham, deben pagar un diezmo fiel de todo lo que
poseen y de todo lo que reciben. Un diezmo fiel es la porción del
Señor. Retenerlo es robar a Dios. Todos debieran traer en forma
libre, dispuesta y alegre los diezmos y las ofrendas al alfolí del
Señor. Al hacerlo así se recibirá una bendición. No hay seguridad en
no devolver a Dios su propia porción.—
Manuscrito 162, 1897
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