Página 439 - El Ministerio M

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Lo que los enfermeros misioneros pueden hacer
Hay muchas ramas de trabajo para que lleven a cabo los en-
fermeros misioneros. Hay oportunidad para que enfermeros bien
preparados vayan entre las familias y traten de despertar interés en
la verdad. En casi toda comunidad hay grandes Números que no
asisten a ningún servicio religioso. El evangelio debe llevarse a sus
hogares si han de ser alcanzados por la verdad. A menudo el alivio
de sus necesidades físicas es la única avenida por la cual uno se
les puede acercar. Como enfermeros misioneros que atienden a los
enfermos y alivian la aflicción del pobre, hallarán muchas oportuni-
dades para orar con ellos, para leerles la Palabra de Dios y hablar del
Salvador. Pueden orar con los desvalidos rogando por ellos, pues no
tienen fuerza de voluntad para controlar los apetitos que la pasión ha
degradado. Ellos pueden traer un rayo de esperanza a la vida de los
desanimados y abatidos. Su amor generoso, manifestado en actos de
bondad desinteresada, contribuirá a que estos dolientes crean en el
amor de nuestro Señor Jesucristo.
Sin motivación de alabanza ni compensación
Muchos no tienen fe en Dios y han perdido su confianza en el
hombre. Pero aprecian los actos de simpatía y de ayuda. Al ver a al-
guien que, sin motivación de alabanza terrenal ni compensación llega
a sus hogares para ministrar al enfermo, alimentar al hambriento,
vestir al desnudo, animar al triste y tiernamente guiar a todos a Aquel
de cuyo amor y ternura el obrero humano sólo es un mensajero...
todo esto les toca el corazón. La gratitud brota, la fe se enciende. Ven
que Dios los cuida, y al abrirse ante ellos la Palabra están preparados
para escuchar.—
The Review and Herald, 9 de mayo de 1912
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