Como el maná
La luz que Dios ha dado y que continuará dando sobre la ali-
mentación debe ser para su pueblo hoy lo que el maná fue para el
pueblo de Israel. El maná descendía del cielo, y la gente lo recogía
y lo preparaba para su ingestión. De esta forma, en los diferentes
países se dará luz al pueblo de Dios para que se preparen los mejores
alimentos saludables que sean asequibles allí.
Los miembros de toda iglesia deben cultivar el tacto y el ingenio
que Dios les ha dado. El Señor da pericia y entendimiento a todos
los que utilicen su habilidad para tratar de aprender cómo combinar
la producción de la tierra para hacer alimentos sencillos, fáciles de
preparar y saludables, que reemplacen las carnes, para que la gente
no tenga excusa para comerlas.—
Manuscrito 78, 1902
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