No debe haber carne sobre las mesas del sanatorio
El Señor me ha instruido claramente acerca de que no debe
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colocarse carne delante de los pacientes en los comedores de nuestro
sanatorio. Se me dio luz acerca de que los pacientes podían comer
carne si, después de escuchar las conferencias, todavía la solicitaban;
pero que en tales casos, ésta debía consumirse en los propios cuartos
de los pacientes. Todos los auxiliares debieran descartar el uso de
la carne. Pero, como se declaró antes, si luego de saber que no se
puede servir carne en las mesas de los comedores, algunos pacientes
exigen que se les sirva, con buen ánimo dádsela en sus cuartos...
Una variedad liberal
Que se prepare alimento sabroso y se lo sirva amablemente.
Habrá que preparar más platos de lo que sería necesario si se sirviera
carne. Otras cosas se pueden suministrar, para que se pueda descartar
la carne. Algunos pueden usar la leche y la crema.
No me constituyo en criterio para nadie. Hay cosas que no puedo
comer sin sufrir gran malestar. Trato de aprender qué es mejor para
mí; entonces, sin decir nada a nadie, me sirvo de lo que puedo comer,
lo que a menudo son dos o tres variedades que no crearán congestión
en el estómago.
Recordemos que hemos necesitado un largo tiempo para acos-
tumbrarnos a la alimentación de la reforma pro salud. No podemos
esperar nada diferente a esto. En nuestros sanatorios necesitamos
ofrecer platos algo distintos de los que preparamos para nuestro pro-
pio uso, pues ya hemos aprendido a saborear una alimentación sen-
cilla. Hay que planear más liberalmente para una institución médica
que para una familia. Muchas cosas deben tomarse en considera-
ción, y hay que hacer concesiones para satisfacer los requerimientos
particulares de las diversas clases de pacientes que vienen a nuestros
sanatorios. No debe colocarse una camisa de fuerza al apetito en
forma súbita. Cuando usted conozca mejor a estas personas y com-
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