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El Ministerio Médico
Tiempo para avanzar
A toda alma cuya vida esté escondida con Cristo en Dios le
corresponde pasar al frente ahora. Algo debe hacerse. Necesitamos
luchar más fervientemente por la fe que una vez fue dada a los santos.
El espíritu con el cual se defiende la verdad para que el reino de
Dios avance debe ser como sería si Cristo estuviera personalmente
en esta tierra. Si él estuviera aquí, hablaría para dar una solemne
reprensión a muchos que dicen ser médicos misioneros, pero que han
escogido no seguir el mandato que él les ha dado: que aprendan de
él su humildad y mansedumbre de corazón. Se ha exaltado el yo en
la vida de algunos de los que ocupan las posiciones más altas. Hasta
que los tales desechen todo deseo de exaltarse, no pueden discernir
claramente el carácter y la gloria del gran Médico Misionero...
Debemos unirnos ahora, y por medio de la verdadera obra médica
misionera preparar el camino para la venida de nuestro Rey. Incre-
mentemos el conocimiento de la verdad y rindamos toda excelencia
y gloria debida a aquel que es uno con el Padre. Busquemos más
fervientemente la unción celestial, el Espíritu Santo.—
Manuscrito
83, 1903
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