Página 9 - El Ministerio M

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la apreciación y la observancia de las leyes espirituales, mentales y
físicas de nuestro ser.
Es la vastedad del campo de instrucción que se expone en
EI
ministerio médico,
lo que recomienda tan altamente esta obra al
público. Esta instrucción no es técnica; la puede entender la persona
común. Los requerimientos expuestos para la felicidad y la salud
espiritual, mental y física, son tan racionales que se pueden cumplir
fácilmente. Lo referente a la prevención de la enfermedad es de
valor inestimable, pues, como lo dice el antiguo adagio, una onza de
prevención vale más que una libra de curación.
La señora Elena G. de White, la autora, dedicó casi setenta años
de su vida aplicada y activa, al ministerio del evangelio. En su ju-
ventud fue una inválida. En sus primeros años de vida matrimonial
luchó contra un corazón débil, con el cáncer y con otras indisposicio-
nes. A la edad de treinta y seis años experimentó un gran despertar
referente a la temperancia y su relación con la salud, a la eficiencia
física y mental como también a la vida cristiana. El estricto apego
al conocimiento obtenido en cuanto a las leyes de la mente y del
cuerpo le trajeron gran alivio y restauración, y desde aquel tiempo
hasta el fin de sus arduas labores, un período de casi cincuenta años,
fue una exponente de los principios de la salud y la temperancia.
En 1865 la señora Elena G. de White hizo una apelación a la
Iglesia Adventista del Séptimo Día, de la cual era miembro, para
que se estableciera una institución médica en la cual se diera a los
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enfermos un tratamiento racional y sin drogas para sus enfermeda-
des, y también se les proveyera instrucción referente a las leyes de
la salud. En respuesta, tal institución se estableció en Battle Creek,
Míchigan. Esta empresa tuvo gran éxito. La institución creció en
forma extraordinaria y por casi medio siglo ha sido conocida extensa
y favorablemente como el Sanatorio de Battle Creek. A través de los
años subsiguientes se han establecido muchos sanatorios similares
en diferentes partes de Estados Unidos y en muchos otros países del
mundo.
Los fideicomisarios del Patrimonio de la señora White, habiendo
encontrado en sus cartas y archivos de los manuscritos muchos
documentos hasta aquí no publicados que contienen instrucción
valiosa para médicos, enfermeros, administradores de sanatorios,
auxiliares, evangelistas y obreros evangélicos, creen que este valioso