Página 90 - El Ministerio M

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Debe prestarse atención a la edificación del carácter
Nuestros médicos necesitan prestar cuidadosa atención a la edi-
ficación de su carácter. Se ha producido en muchos de ellos un
deterioro gradual de la piedad, del dominio de sí mismo, de la pu-
reza, de la santidad y de la vigilancia. Es preciso que se produzca
un cambio total de mente y espíritu antes que puedan decir que son
obreros aceptables...
Únicamente quien diariamente y a toda hora vive una vida cris-
tiana, puede desempeñar bien los deberes propios del médico. Que
nuestros médicos procuren comprender cuáles son las solemnes res-
ponsabilidades de su profesión, que entiendan todo lo que incluye el
trato con los que tienen el.cuerpo y la mente enfermos. La vida del
paciente suele estar en las manos del médico. Un solo movimiento
desatinado de un instrumento quirúrgico en una operación puede
causar la muerte del paciente. ¡Qué solemne pensamiento!
¡Cuán importante es que el médico se encuentre en todo mo-
mento bajo el control del Médico divino! Por eso el que procura
prolongar la vida del paciente debe contemplarlo y dejar que dirija
todos sus movimientos. Si el médico sabe que está a su lado Aquel
que es vida en sí mismo, uno que puede realizar lo que el ser humano
es incapaz de lograr, ¡cuánta confianza le inspirará este conocimien-
to! Y cuán grande bendición puede ser el médico en el cuarto de un
enfermo si ha aprendido a confiar constantemente en Aquel a quien
pertenecen las almas de las personas a quienes ministra. El Salvador
le dará tacto y habilidad para tratar con los casos difíciles.—
Carta
61, 1904
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