El peligro de la popularidad
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inclina ante su propia sabiduría, como han hecho muchos en la mis-
ma situación, su sabiduría demostrará que era necedad. Mientras se
entregue sin egoísmo a la obra de Dios, sin apartarse en lo mínimo
de los principios, el Señor lo rodeará con sus brazos eternos y le
mostrará que es su poderoso Ayudador. “Yo honraré a los que me
honran”...
Rasgos malignos fortalecidos por la complacencia
Mientras haga a Dios su fortaleza, y le ame y le tema, se man-
tendrá adecuadamente equilibrado; pero con toda seguridad, cuando
pierda su conexión con Dios e intente andar por sus propias fuerzas,
esa misma voluntad que ha demostrado ser una bendición, resultará
en perjuicio de sí mismo y de otros. Se volverá dominador, tirano,
exigente y dictador. Debe impedir que esos rasgos se impongan bajo
ninguna circunstancia; porque la complacencia los fortalecerá y no
tardarán en convertirse en un poder controlador. Entonces su carácter
perderá el equilibrio, lo cual lo descalificará para la obra de Dios...
Dios exige una consagración absoluta y total, y cualquier cosa
que sea menos que esto él no la aceptará. Cuanto más difícil sea su
posición, tanto más necesitará a Jesús. El amor y el temor de Dios
mantuvieron a José puro y sin mancha en la corte del rey. Como re-
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sultado, fue exaltado a una posición de riqueza increíble y al elevado
honor de ser el segundo después del rey; y este encumbramiento fue
tan repentino como grandioso.
Ejemplo de éxito en la humildad
Es imposible permanecer en un lugar muy elevado sin correr
peligro. La tempestad deja indemne a la modesta flor del valle, mien-
tras que lucha con el elevado árbol en la cumbre de la montaña. Hay
muchos hombres a quienes Dios habría podido usar con éxito asom-
broso cuando estaban afligidos por la pobreza—pudo haberlos hecho
útiles aquí y coronarlos con gloria después—, pero la prosperidad
los arruinó; fueron arrastrados hacia el fondo porque se olvidaron
de ser humildes; olvidaron que Dios era su fortaleza y se tornaron
independientes y autosuficientes. Estos peligros también usted los
corre.