Página 113 - El Ministerio Pastoral (1995)

Basic HTML Version

Las relaciones dentro de la iglesia
109
anima a otros a pecar. Dios espera que sus ministros en todos luga-
res se muestren siempre decididamente del lado del Señor, leales y
fieles a sus mandamientos en un mundo rebelde, reprendiendo así al
desobediente aún cuando sea difícil o contrario a sus sentimientos
naturales. “Los que me honran”, dice Dios, “Yo los honraré”. Dios
espera que quienes llevan su comisión scan fieles y leales, y que
exalten la dignidad de sus demandas.—
The Signs of the Times, 20
de mayo de 1880
.
No se vista con la justicia de Cristo, y pisotee su regla de
justicia
—La ley irradia convicción por todos lados. Los pecadores
desean ser liberados de ella, y muchos que se llaman cristianos visten
su almas pecaminosas e hipócritas con las vestiduras de justicia de
Cristo, y pisotean la gran regla de justicia de Dios. La adoración
[115]
ofrecida a Dios por esta clase, es semejante a la ofrenda de Balaam
en favor de Balac. Ambas son igualmente ofensivas para Dios.—
The
Signs of the Times, 2 de diciembre de 1880
.
La congregación—El deber del pastor
Los buenos pastores aman a sus ovejas
—El predicador porta-
dor de la verdad sagrada para estos últimos días debe ser lo opuesto
a todo esto y, mediante una vida de santidad práctica, marcar plena-
mente la distinción existente entre el pastor falso y el pastor legítimo.
El Buen Pastor vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. El ha
manifestado en sus obras su amor por sus ovejas. Todos los pastores
que trabajan bajo el Gran Pastor poseerán sus características; serán
mansos y humildes de corazón. Una fe semejante a la de un niño
trae descanso al alma y también actúa por amor y se interesa siempre
en otros. Si el Espíritu de Cristo mora en ellos, serán como Cristo y
harán las obras de Cristo.—
Testimonies for the Church 4:377
.
Puede suceder que los pastores se cuiden más ellos mismos
que a sus ovejas
—Hno. R., me fue mostrado el marcado contraste
entre los requerimientos de la Palabra de Dios y el curso que ha
tomado su labor. Usted ha sido descuidado en sus palabras y en su
comportamiento. Las ovejas han llevado la carga de cuidar de su pas-
tor, de amonestar, de corregir, de exhortar, y de llorar por la conducta
imprudente de su pastor, quien, al aceptar su nombramiento, reco-
noce que él es el portavoz de Dios. Sin embargo cuida de sí mismo