Página 127 - El Ministerio Pastoral (1995)

Basic HTML Version

Las relaciones dentro de la iglesia
123
su nombre. No hay que separar las dos líneas de trabajo. Satanás
inventará toda clase de planes para separar a quienes Dios está
procurando unir. No debemos dejarnos descarriar por sus artimañas.
La obra médica misionera debe conectarse con el mensaje del tercer
ángel tal como la mano está conectada con el cuerpo; y la educación
de los alumnos en las especialidades médicas misioneras no está
completa a menos que se los prepare para trabajar en relación con la
iglesia y el ministerio.—
Consejos sobre la Salud, 558
.
Los ministros y los obreros médicos deben cooperar entre
—[Dios] invita a su pueblo a trabajar en armonía perfecta. Invita a
los que están empeñados en nuestra obra médica a que se unan con el
ministerio, invita al ministerio a cooperar con los obreros misioneros
médicos; e invita a la iglesia a asumir el deber que le ha señalado, de
sostener en alto el estandarte de la verdadera reforma en su propio
territorio, dejando a los obreros preparados y experimentados libres
para que avancen en nuevos campos.—
Joyas de los Testimonios
2:530
.
El médico fiel debe tener tanto derecho a las oraciones del
pueblo de Dios como el ministro
—Los deberes del médico son
arduos. Pocos se dan cuenta del esfuerzo mental y físico al cual está
sometido. Debe alistar toda energía y capacidad con la más intensa
ansiedad en la batalla contra la enfermedad y la muerte. A menudo
sabe que un movimiento torpe de la mano, que la desvíe en la mala
dirección, el espacio de un cabello, puede enviar a la eternidad un
alma que no está preparada para ella. ¡Cuánto necesita el médico fiel
la simpatía y las oraciones del pueblo de Dios! Sus requerimientos
en este sentido no son inferiores a los del ministro o misionero más
consagrado. Como está muchas veces privado del descanso y del
sueño necesarios, y aun de los privilegios religiosos del sábado,
necesita una doble porción de la gracia, una nueva provisión diaria
de ella, o perderá su confianza en Dios, y el peligro de hundirse en
las tinieblas espirituales será mayor para él que para los hombres de
otras vocaciones. Y sin embargo, con frecuencia, se le hace objeto
de reproches inmerecidos, se lo deja solo, sujeto a las más fieras
tentaciones de Satanás, y se siente incomprendido, traicionado por
sus amigos.—
Joyas de los Testimonios 2:145, 146
.
[128]