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El Ministerio Pastoral
Los maestros
La influencia de los maestros cristianos está en la misma
categoría que la del ministro cristiano
—Aquellos que aceptan la
obra de educar a otros, necesitarán paciencia, para poder llevar a sus
alumnos de un punto a otro hacia adelante en sus logros intelectuales
y espirituales. Los que instruyen en los diversos ramos de la obra,
deben sentir cuán grande es la responsabilidad que descansa sobre
ellos. Ellos necesitan una gran visión, pues la influencia de su trabajo
es de la misma categoría que la del ministro cristiano. Se deben hacer
reuniones para dar instrucción, se debe proveer tiempo y se deben
proveer los medios de transporte para que todo el conocimiento
posible sea impartido durante las reuniones. La obra de cooperar
con el ministro evangélico en llevar la verdad presente a todas las
naciones, lenguas, y pueblos, es en realidad muy esencial. Debe ser
conducida de tal manera que la verdad que profesamos amar sea
mantenida en alto.—
The Review and Herald, 20 de mayo de 1890
.
No debe existir un espíritu de rivalidad entre los ministros,
los médicos y los maestros
—Esta es mi oración, “Quita de nuestros
ministros, nuestros médicos, y nuestros maestros en nuestras escue-
las, todo aquello que engendre un espíritu de rivalidad”. Ninguno de
nosotros debe tener un espíritu de exaltación.—
Carta 8, 1910
.
El ministerio de los maestros
—A menudo le parecerá al maes-
tro que la Palabra de Dios tiene poco efecto en la mente y el corazón
de muchos estudiantes; pero si su obra ha sido hecha en el Señor,
algunas lecciones de la verdad divina permanecerán en la memoria
de los más negligentes. El Espíritu Santo regará la semilla sembrada,
y brotará después de muchos días, y llevará fruto para la gloria de
Dios.—
Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la
Educación Cristiana, 421
.
El Espíritu Santo trabaja con el maestro
—Cuando el maestro
confíe en Dios en oración, el Espíritu de Cristo vendrá sobre él, y
Dios obrará por su medio con el Espíritu Santo sobre las mentes de
los demás. El Espíritu llena la mente y el corazón de dulce esperanza,
valor e imágenes bíblicas, y todo esto será comunicado a la juventud
mediante su instrucción.—
Palabras de Vida del Gran Maestro, 101,
102
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