Página 146 - El Ministerio Pastoral (1995)

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El Ministerio Pastoral
deben hacer preguntas que traerán respuestas que viertan luz sobre
la verdad presente. Si alguien hace preguntas que sirven solamente
para confundir la mente y sembrar las semillas de la duda, debe
aconsejársele que se abstenga de hacer tales preguntas. Debemos
aprender cuándo hablar y cuándo guardar silencio, y aprender a
sembrar la simiente de la fe, para reflejar la luz y no tinieblas. Deben
hacerse reuniones especiales en favor de aquellos que se interesan
en la verdad y que necesitan instrucción.—
The Review and Herald,
23 de junio de 1891
.
Dirija una clase de Biblia en conexión con las reuniones
evangelísticas
—Hay peligro en pasar demasiado rápido de un punto
a otro. Hay que dar lecciones cortas y frecuentes. Su trabajo no es
solamente predicar, sino ministrar. El esfuerzo personal en favor
de las familias e individuos debe abarcar una porción grande de su
trabajo. Después de haber abierto a la gente las preciosas minas
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de la verdad, todavía hay una gran obra que hacer en favor de los
interesados en los temas presentados.
Después de un corto discurso, cambie el orden de los ejercicios,
y dé oportunidad a todos los que lo deseen, de participar de una
entrevista, o de una clase bíblica, donde puedan hacer preguntas so-
bre los temas que los preocupan. Hallará gran éxito en relacionarse
estrechamente con la gente en estas clases bíblicas. Los obreros que
trabajan en conexión con los ministros, deben hacer esfuerzos espe-
ciales por guiar con paciencia y bondad a los que tienen preguntas
para comprender la verdad.
Si no tiene más que uno para instruir, ése, cuando esté completa-
mente convencido, comunicará la luz a los demás. Estas verdades
decisivas son de tan grande importancia que pueden ser presentadas
repetidamente para grabarlas en la mente de los oyentes. Las deci-
siones a las que llegan los hombres en cuanto a estas cosas son de
gran significado para ellos.—
Special Testimonies on Education 7:7
.
Afianzar a los interesados
No se retire del lugar hasta que los interesados hayan to-
mado su decisión, se hayan bautizado, y entrado a la iglesia
Durante años se ha dado instrucción sobre este punto, señalándose
la necesidad de cultivar un interés que se ha suscitado, y no aban-