Página 145 - El Ministerio Pastoral (1995)

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Cómo obtener decisiones
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le echo fuera”. Si el velo se hubiera podido descorrer, hubiéramos
visto a los ángeles de Dios listos a ministrar a los humildes, a los
penitentes. Después de la oración, cien testimonios fueron dados.
Muchos de éstos mostraron una experiencia real y genuina en las
cosas de Dios.—
The Review and Herald, 3 de noviembre de 1885
.
La decisión personal
Cinco palabras habladas en privado harán más que todo
un discurso público
—Al terminar las reuniones, debe haber una
investigación personal sobre el terreno con cada uno. A cada uno se
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le debe preguntar cómo piensa tomar estas cosas, y si se propone
hacer una aplicación personal de ellas. Entonces debéis vigilar y
observar si éste o aquel manifiesta interés. Cinco palabras que se
les hable en privado, harán más que todo lo que el discurso ha
hecho.—
El Evangelismo, 211
.
Los ministros deben aprender a trabajar en forma diferente
e individualmente con cada tipo de temperamento
—Como el
médico trata con la enfermedad física, así también atiende el pastor
al alma enferma de pecado. Y su obra es tanto más importante que la
del médico por cuanto la vida eterna es más valiosa que la existencia
temporal. El pastor tiene que vérselas con una interminable variedad
de temperamentos; y es deber suyo llegar a conocer a los miembros
de las familias que escuchan sus enseñanzas, a fin de determinar qué
medios ejercerán sobre ellos la mejor influencia para llevarlos en la
debida dirección.—
Obreros Evangélicos, 353
.
Las clases bíblicas
Se deben celebrar reuniones especiales para dar instrucción
bíblica a los interesados
—No siga un discurso inmediatamente
con otro, sino deje un período de descanso para que la verdad se
aferre en la mente, y haya oportunidad para que el ministro y la
gente puedan meditar y orar. De esta forma habrá crecimiento en el
conocimiento y en la experiencia religiosa. Deben tenerse lecturas
bíblicas, y tanto los creyentes como los no creyentes, deben tener la
oportunidad de hacer preguntas sobre los puntos que no comprendan
plenamente. Aquellos que profesan ser defensores de la verdad,