Capítulo 26—El reclutamiento y entrenamiento de
voluntarios
Donde hoy hay uno trabajando debieran haber más de
1.000
—Cristo nos dice, “Oh hombres de poca fe”. El Espíritu Santo
necesita hacer una obra en nuestros corazones. Debemos creer que el
Señor desea que vengamos a él tal como somos, sin demora alguna,
y con fe esperar que trabaje por nosotros. El Señor desea manifestar
su poder en su pueblo. Donde hoy hay uno trabajando debieran haber
más de 1.000, no ministros ordenados, sino hombres y mujeres de
fe y oración, que puedan trabajar para Dios.—
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.
Dios exige servicio personal de todo aquel a quien él confía
su verdad
—Dios exigirá servicio personal de las manos de cada
uno a quien él confía su verdad. Nadie es disculpado. Algunos
piensan que si dan de sus bienes son eximidos de hacer esfuerzos
personales. Que Dios no permita que se engañen ellos mismos en
esto. Las donaciones de dinero no llenan los requerimientos de Dios,
pues el deber es solamente hecho a medias. El no aceptará nada
menos que a ustedes mismos. Deben trabajar por la salvación de las
almas. No todos serán llamados a servir en el campo misionero, pero
pueden ser misioneros en su hogar, con sus propias familias y en sus
vecindarios.—
The Signs of the Times, 4 de septiembre de 1879
.
Los cristianos genuinos son conocidos como personas servi-
ciales
—Ahora deseo declararle que el Señor está presentando ante
mí el hecho de que una gran debilidad ha sobrecogido a nuestro pue-
blo debido a las diversas maneras en que se ha guiado a los hombres
a confiar y depender completamente de sus semejantes, de manera
que el Señor es totalmente ignorado. De la misma forma en que la
gloria de un buen árbol testifica de su valor por el fruto que lleva,
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así también el cristiano genuino es conocido por ser servicial. No
florece simplemente demostrando una piedad pretenciosa, sino que
lleva fruto en superabundancia. No hay ni una ramita seca o sin fruto
en todo árbol que crece junto a los arroyos de aguas de la gracia
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