Página 255 - El Ministerio Pastoral (1995)

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El ministerio personal a los miembros
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tu aprovechamiento sea manifiesto a todos”.—
Testimonies for the
Church 1:472
.
Los miembros y el ministerio personal
La educación de los miembros es esencial
—Nuestro trabajo
está incompleto si nosotros no educamos a otros para ser obreros
juntamente con Dios, visitando y orando con las familias, mostrando
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al mundo lo que Jesús ha hecho por nosotros. La Palabra de Dios
declara, “la religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es
ésta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y
guardarse sin mancha de este mundo”. Estas palabras son dichas a
cada seguidor de Cristo. No solamente el ministro, sino cada alma
conectada con él, ha de trabajar en su viña. “En esto es glorificado
mi Padre”, dijo Cristo, “que llevéis mucho fruto”. Con su propia
vida Cristo ha pagado por su sincera y entusiasta colaboración. Si
no trabajan como fieles misioneros, son desleales a su cometido y
defraudan a su Salvador.—
The Signs of the Times, 27 de diciembre
de 1899
.
El entrenamiento contribuye al crecimiento de la iglesia
aparte de las responsabilidades administrativas del pastor
Desde el momento en que los conversos se unen al cuerpo de la
iglesia, deberían ser educados para tomar líneas tales de trabajo que
beneficien no solamente a sus propias almas, sino a las de otros.
“El alma liberal será engordada, y el que saciare, él también será
saciado”. El Señor ha dado talentos de intelecto, energía y medios
a sus seguidores. Los que son conocidos como hombres de mentes
bien equilibradas, quienes tienen el amor y el temor de Dios presen-
te, deben ser nombrados como ancianos y diáconos; y mediante el
ejercicio de la capacidad que Dios les ha otorgado, podrán crecer
en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesu-
cristo. Podrán planificar sabiamente, y educar individualmente a los
miembros de la iglesia para hacer su parte utilizando los talentos de
su Señor. Al hacer un uso correcto de sus talentos pueden aumen-
tar su eficiencia en la causa de Dios. La iglesia puede ser visitada
ocasionalmente por un ministro y aún ser una iglesia creciente; pues
Jesús es nuestro ministro, y nosotros nunca hemos de pensar que
estamos solos. Jesús nunca abandona la manada de sus pastos. “Mas