Página 275 - El Ministerio Pastoral (1995)

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La construcción de templos
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segura como un pagaré. Una porción del dinero ya ha sido reunida.
Yo doné cincuenta libras a la iglesia de Brisbane y otros cincuenta a
la iglesia de Hamilton. Cuando recibamos el dinero comenzaremos
a construir una sencilla casa de adoración.—
Manuscript Releases
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.
Los miembros deben estar dispuestos a trabajar con sus pro-
pias manos para proveer un templo
—Cuando quiera que sea posi-
ble, sean dedicadas a Dios nuestras capillas libres de deudas. Cuando
se suscite una iglesia, levántense los miembros y edifiquen. Bajo la
dirección de un predicador guiado por el consejo de sus compañe-
ros en el ministerio, trabajen los recién convertidos con sus propias
manos, diciendo: “Necesitamos una capilla y la tendremos”. Dios
pide a su pueblo que haga alegremente esfuerzos unidos en su causa.
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Hágase esto, y pronto se oirá la voz de acción de gracias: “¡Ved lo
que hizo el Señor!”—
Obreros Evangélicos, 447
.
En algunos casos sería mejor pedir prestado que no cons-
truir
—Hay, sin embargo, algunos casos en que una familia joven
no puede llevar enseguida toda la carga de erigir una casa de culto.
En tales casos, ayúdenle los hermanos de otras iglesias. En algunos
casos será mejor pedir prestado algo de dinero, que no edificar. Si un
hombre tiene dinero, y después de dar lo que puede, quiere hacer un
préstamo, sin interés o a bajo interés, será bueno emplear ese dinero
hasta que se pueda liquidar la deuda. Pero repito: Si es posible, los
edificios de iglesia deben ser dedicados libres de deudas.—
Obreros
Evangélicos, 447
.
El mantenimiento
La casa de adoración debe ser cuidada escrupulosamente,
pero no con los diezmos
—El Señor instruyó a Moisés en cuanto a
Israel: “Que te traigan aceite puro de oliva molido para la luminaria
para hacer arder continuamente las lámparas”. Esta debía ser una
ofrenda continua, para que la casa de Dios pudiera ser adecuada-
mente suplida con aquello que era necesario para su servicio. Su
pueblo hoy ha de recordar que la casa de adoración es propiedad
del Señor y que debe ser cuidada escrupulosamente. Pero que los
fondos para este trabajo no han de salir del diezmo.—
Testimonies
for the Church 9:248
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