272
El Ministerio Pastoral
Ayudar a otros a construir
Se deben hacer sacrificios para erigir templos en todo el
mundo
—Como pueblo debemos practicar la abnegación y la eco-
nomía. Toda alma debe hacer un pacto de sacrificio con Dios. No
debemos gastar dinero en ropa lujosa y muebles caros. Somos pe-
regrinos y advenedizos en busca de un país mejor, el celestial. El
tiempo es corto y cada dólar que no necesita ser usado en suplir
las verdaderas necesidades, debe ser traído como una ofrenda de
gratitud a Dios. Es del Señor y él me ha presentado que se deben
edificar casas de culto y escuelas por todo el país, y en las islas del
océano; que nuestros dirigentes no deben construir para exhibir, o
para gratificar la ambición y el orgullo. Si el Señor los ha favorecido
más que a nuestros hermanos en otros países, dejen que ellos con
verdadera liberalidad ayuden a aquellos que necesitan grandemente
ser ayudados para hallar un lugar de reunión, y dar así representación
a la obra.—
Testimonies to Southern Africa, 63
.
[282]
Las áreas prósperas no deben invertir demasiado en edifi-
cios cuando hay otras partes del mundo que no tienen nada
—
Deseo recordarle a mis hermanos de las advertencias y amonestacio-
nes que me han sido dadas en cuanto a invertir dinero constantemente
en Battle Creek a fin de tener un poco más de espacio, o para hacer
las cosas más convenientes. Se ha de entrar en nuevos campos; la
verdad ha de ser proclamada como un testimonio a todas las nacio-
nes. La obra es obstaculizada, de tal manera que la verdad no puede
ser exaltada como debiera ser, en estos nuevos campos. Mientras
que nuestros hermanos en América se sienten en libertad de invertir
dinero en edificios que el tiempo revelará que igual o mejor podrían
estar sin ellos, se han absorbido así miles de dólares que el Señor
pidió para ser empleados en “regiones lejanas”. Les he presentado
las advertencias y amonestaciones, así como la Palabra de Dios;
pero mi corazón se ha entristecido al ver que, a pesar de todo esto,
los fondos han sido absorbidos para satisfacer estas supuestas nece-
sidades; se ha añadido edificio tras edificio, para que el dinero no
pudiese ser usado en lugares donde no hay facilidades, ni edificios
para la adoración pública a Dios o para darle carácter a la obra, ni
en ningún lugar donde se pueda elevar el estandarte de la verdad.
Estas cosas he puesto delante de ustedes; y sin embargo han seguido