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El Ministerio Pastoral
separado de la asociación [hermandad] por haber acarreado desgra-
cia a la causa de Dios y puesto a Jesús en una condición de pública
vergüenza, debido a sus prácticas licenciosas. Las facultades de todo
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ministro del evangelio debe ser empleadas para educar a la iglesias
de creyentes a recibir a Cristo por fe como su Salvador personal,
a incorporarlo en sus mismas vidas y hacer de él su Modelo, para
aprender de Jesús, creer en Jesús y exaltar a Jesús. El ministro mismo
debe espaciarse en el carácter de Cristo. Debe ponderar la verdad,
y meditar en los misterios de la redención, especialmente la obra
mediadora de Cristo para este tiempo.—
Mensajes Selectos 3:212
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