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El Ministerio Pastoral
El Evangelio no es adecuadamente enseñado por aquellos
ministros que han dejado de ser estudiantes
—Algunos de nues-
tros ministros tienen una serie de sermones, que usan sin variación
año tras año. Las mismas ilustraciones, los mismos comentarios,
y casi las mismas palabras. Han dejado de ser estudiantes. Se les
termina el deseo de superarse, y vacilan bajo el peso de una nueva
serie de sermones para prevenir la decrepitud mental. Pero el estu-
diante que siempre está aprendiendo, encontrará y echará mano de
nueva luz, nuevas ideas, nuevas gemas de la verdad. ... El evangelio,
no es propiamente enseñado y representado ante los incrédulos, por
hombres que han cesado de ser estudiantes, quienes, por así decir-
lo, se han graduado en lo que concierne a la investigación de las
Escrituras, y traen afrenta sobre la verdad, por la forma en que la
manipulan.—
La Voz: Su Educación y Uso Correcto, 357
.
El tiempo para la predicación, el estudio, y la visitación debe
mantenerse balanceado
—Los ministros de la Palabra han sido los
agentes escogidos por Dios para esparcir el conocimiento de su
voluntad; pero hay muy poco espíritu misionero, aún entre nuestros
ministros. Después de predicar la Palabra, algunos se limitan casi
totalmente a la lectura y al estudio, descuidando otros deberes vitales
e importantes. Aunque es correcto dedicar algún tiempo al estudio,
todo ministro debe sentir un interés profundo por hacer todo lo
que le sea posible hacer por la salvación de las almas por quienes
Cristo murió. Debe visitar a las personas, y con amor y sabiduría
buscar cómo interesarlas en las cosas espirituales.—
The Review and
Herald, 10 de julio de 1883
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