Página 61 - El Ministerio Pastoral (1995)

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Capítulo 8—El liderazgo
Trabajar para Dios en una puesto humilde ayuda a prepa-
rarse para el liderazgo pastoral
—Hermanos, tratad a los hombres
como hombres, no como sirvientes a los cuales podéis dar órdenes
según os parezca. El que da rienda suelta a un espíritu áspero y
despótico, haría bien en convertirse en pastor de ovejas, como Moi-
sés, para aprender lo que significa ser un verdadero pastor. Moisés
adquirió en Egipto la experiencia de un poderoso estadista y con-
ductor de ejércitos, pero no aprendió allí las lecciones esenciales
para lograr la verdadera grandeza. Necesitaba experiencia en los
deberes más humildes para llegar a ser un guardián que manifestara
ternura hacia toda cosa viviente. Al pastorear los rebaños de Jetro,
sintió simpatía por las ovejas y los corderos, y aprendió a cuidar
con la más tierna consideración a esas criaturas de Dios. Aunque
la voz de esos animalitos jamás podía denunciar malos tratos, su
actitud, en cambio, podía ser muy elocuente. Dios cuida de todas las
criaturas que ha hecho. Al trabajar para Dios en esa humilde tarea,
Moisés aprendió a ser tierno pastor para Israel.—
Testimonios para
los Ministros, 262, 263
.
El liderazgo hace necesario ganarse la confianza de aquellos
por quienes se trabaja
—A fin de que el hombre llegue a ser un
ministro de éxito, es necesario algo más que el conocimiento de los
libros. El que trabaja por las almas necesita integridad, inteligencia,
laboriosidad, energía y tacto. Todo esto es altamente esencial para el
éxito del ministro de Cristo. Ningún hombre con estas calificaciones
puede ser inferior, sino tendrá una influencia importante. A menos
que el obrero en la causa de Dios pueda ganar la confianza de aque-
llos por quienes trabaja, no podrá hacer mucho bien.—
Testimonies
for the Church 3:553
.
No dirija con dureza y severidad, sino con respeto, bondad,
confianza y amor
—Usted no se siente bajo ninguna obligación ante
Dios de ser paciente y bondadoso y respetuoso hacia sus hermanos
en el ministerio y hacia cada miembro de la iglesia. Ellos pierden
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