El liderazgo
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de Dios. En lugar de actuar como sabio consejero, asume las prerro-
gativas de un gobernante exigente. Se deshonra a Dios cada vez que
se exhibe semejante autoridad y exaltación propia. Nadie que confíe
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en su propia fuerza ha de erigirse jamás en mente y juicio alguien a
quien Dios está usando en su obra. Nadie debe trazar pautas y regla-
mentos humanos para gobernar arbitrariamente a sus colaboradores
que tienen una experiencia viva en la verdad.—
Testimonios para los
Ministros, 491, 492
.
Anime y respete las ideas de otros
—Unase con sus hermanos
si quiere que ellos se unan a usted, y le brinden su confianza. La
confianza y fe producirán confianza y fe. Usted debe ganarse la con-
fianza no sólo de sus hermanos ministros, sino también de aquellos
con quienes entra en contacto, y mostrarles que les tiene confianza,
y que usted cree que son enseñados por Dios del mismo modo que
usted es enseñado por Dios. Exponga sus planes ante ellos. Uno se
sentirá libre de hablar y después otro, y quizá le hagan notar algu-
nas cosas que usted no había pensado antes.—
Manuscript Releases
9:145
.
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