Página 79 - El Ministerio Pastoral (1995)

Basic HTML Version

Las finanzas personales
75
perdiesen, y los instó a aprovechar las oportunidades que Dios ha-
bía puesto a su alcance. Con sus poderes de exageración Ud. les
[79]
presentó el asunto bajo tal luz que muchos fueron engañados, y
algunos perdieron dinero que debería haber sido usado en la causa
de Dios.—
Testimonies on the Case of Elder E. P. Daniels (Ph 96)
71
.
No venda mercancía a su gente con fines de ganancia perso-
nal
—Algunos de los que profesan la verdad presente han cometido
un gran error al introducir mercancía durante una serie de reuniones
y distraer así las mentes del objetivo de las reuniones. Si Cristo
estuviese hoy en la tierra, echaría a los traficantes y mercaderes,
ya sean ministros u otras personas, con un látigo de cuerdas, como
cuando entró al templo en antaño “y echó a todos los que vendían
y compraban en el templo. Volcó las mesas de los cambistas y las
sillas de los que vendían palomas. Y les dijo: ‘Escrito está: Mi casa,
casa de oración será llamada. Pero vosotros en cueva de ladrones la
habéis convertido’”. Estos vendedores pudieron haber argumentado
con la excusa de que los artículos que ellos vendían eran para las
ofrendas de sacrificio. Pero su verdadera razón era obtener ganan-
cias, obtener dinero, acumular bienes.—
Testimonies for the Church
1:471
.
Es un sacrilegio tomar un dólar de la tesorería de Dios para
usted
—Aquello que ha sido puesto aparte según las Escrituras como
pertenecientes al Señor, constituye la renta del Evangelio, y ya no
es nuestro. No comete menos que un sacrilegio el hombre que
saca de la tesorería de Dios para servirse a sí mismo o a otros en
sus negocios seculares. Algunos han sido culpables de sacar del
altar de Dios lo que le había sido dedicado especialmente. Todos
deben considerar este asunto en la debida luz. Cuando se halle en
estrecheces, no tome nadie dinero consagrado a propósitos religiosos
para emplearlo para su propio beneficio, acallando su consciencia
con decir que lo devolverá en algún tiempo futuro. Mucho mejor será
reducir los gastos para que correspondan a los ingresos, restringir
las necesidades y vivir dentro de los recursos de uno, que emplear el
dinero del Señor para fines seculares. Este asunto no se lo considera
como se debiera. Bajo ningún pretexto se debe usar el dinero que
se paga a la tesorería de Dios para beneficio de nadie en asuntos