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El Ministerio de Publicaciones
Debieran tratar con cada caso que requiera atención tal como él lo
haría. Debieran actuar motivados por el Espíritu Santo.—
Carta 55,
1895
.
La gloria pertenece a Dios
—La lección que Dios desea que
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toda la humanidad aprenda de la experiencia del rey de Babilonia es
que él puede humillar a todos los orgullosos. Nabucodonosor tuvo
que aprender, con la ayuda de una severa disciplina, la lección de
que Dios, y no el hombre, es el Soberano y que su reino es un reino
eterno. De manera que el hombre en la actualidad también debe
aprender que Dios es supremo. Cuando los hombres tienen éxito en
la causa del Señor, es porque Dios les ha dado ese éxito, y no para
su gloria personal, sino para Gloria de Dios. Quien trate de robar un
rayo de luz de la gloria del Señor verá que tendrá que ser castigado
por su presunción.
David declara: “Vi yo al impío sumamente enaltecido, y que se
extendía como laurel verde. Pero él pasó, y he aquí ya no estaba; lo
busqué, y no fue hallado”.
Salmos 37:35, 36
.
Déjese que la gente se vanagloríe en su propia sabiduría; déjese
que exalten el yo y complazcan el orgullo, y el resultado es inevitable.
Con la misma seguridad con que el sol brilla durante el día, el orgullo
se dirige hacia la destrucción y el espíritu altanero encontrará su
caída. Si una iglesia se vuelve orgullosa y jactanciosa, ciertamente
será humillada. Si los encargados de cualquier institución se tornan
presuntuosos y se atribuyen el crédito por el éxito que han tenido
en ciertas líneas de actividad, si se vanaglorían de su sabiduría y
eficiencia, serán indefectiblemente humillados.—
Carta 114, 1903
.
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