Página 154 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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El Ministerio de Publicaciones
no creyentes, para que la verdad, al ser vivida, pueda ser como una
semilla sembrada, y que su influencia se sienta hasta en los confines
de la tierra.—
Carta 137, 1898
.
El trabajo comercial no debe ser lo primero
—En ningún caso
deben dedicarse principalmente a los trabajos comerciales. Si se da
a éstos el primer lugar, los obreros de las imprentas perderán de vista
el blanco por el cual fueron establecidas y su trabajo degenerará.
Los directores cuya percepción espiritual se extravíe, están ex-
puestos al peligro de publicar impresos de dudoso mérito, simple-
mente por la ganancia que reportan. De ello resultará que el objetivo
por el cual fueron fundadas nuestras editoriales se perderá de vis-
ta, y nuestras instituciones serán consideradas como cualquier otra
empresa comercial. Ello deshonrará a Dios.
En algunas de nuestras imprentas, el trabajo puramente comercial
hace subir constantemente los gastos por la adquisición de máquinas
costosas. Estos gastos gravan mucho el presupuesto de la institución.
Además, cuando abunda el trabajo, se requiere no sólo más equipo
y herramientas, sino mayor número de obreros del que se puede
educar debidamente.
Se asevera que el trabajo comercial es un beneficio financiero pa-
ra la imprenta. Mas un Ser que tiene autoridad sacó la cuenta exacta
de lo que cuesta este trabajo a nuestras principales casas editoras.
Presentó un balance fiel y demostró que las pérdidas exceden a los
beneficios. Este trabajo obliga a los obreros a apresurarse constan-
temente y en este ambiente de fiebre y mundanalidad, la verdadera
piedad decae.
No es necesario que el trabajo comercial quede enteramente
suprimido de nuestras imprentas, porque ello cerraría las puertas a
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los rayos de luz que deben ser comunicados al mundo. Así como el
trabajo de Daniel como estadista no pervirtió su fe ni sus principios,
no necesariamente las relaciones con la gente del mundo perjudican
a los obreros. Pero cada vez que el trabajo realizado para el mundo
parezca dañar la espiritualidad de las instituciones, se lo debe excluir.
Haced primero el trabajo que representa la verdad. Dadle siempre
el primer lugar, y al trabajo comercial el segundo. Nuestra misión
consiste en dar al mundo un mensaje de advertencia y misericordia.—
Joyas de los Testimonios 3:162, 163
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