Página 166 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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El Ministerio de Publicaciones
de la casa editora, no pude dormir después de la medianoche. Se me
dijo que la ceguera espiritual manifestada por los obreros de esta
institución había sido causada por la falta de confesión y arrepenti-
miento plenos, y porque no habían buscado al Señor con contrición
y profundo fervor. Se me dijo que existía un descuido tan grande
de la Palabra de Dios presentada en los testimonios de su Espíritu
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Santo, que el Señor derribaría, arruinaría, y derramaría sus juicios
sobre Battle Creek.—
Carta 37, 1903
.
Descuido de la preparación de obreros misioneros
Repetidas veces se dieron testimonios acerca de los principios que
se estaba permitiendo que impregnaran la casa editora. Pero a pesar
de que estos mensajes continuaban llegando, los hombres seguían
guiándose por principios que Dios no podía aprobar y no efectua-
ron ningún cambio. A los aprendices de la casa editora no se les
concedió las ventajas que debieron haber tenido. No se los estaba
preparando para que fueran como misioneros a diversos lugares a
medida que se los llamara. No se estaban preparando para ser repre-
sentantes de Dios. La influencia de la institución distaba mucho de
ser lo que se esperaba de ella. Dios declaró que debía ser un lugar
sagrado, que sus ángeles recorrían las dependencias. Las expresiones
contradictorias pronunciadas y las actitudes de exasperación y mo-
lestia, fueron censuradas por Dios. El propósito de Dios era que esta
institución fuera una escuela donde los obreros debían prepararse
para defender los principios que él había ordenado que su pueblo
siempre mantuviera.—
Manuscrito 20, 1903
.
¿Más revelaciones del desagrado divino?—
Estoy muy cons-
ciente de las condiciones existentes en la Casa Editora Review and
Herald y en el Sanatorio. Se me explicó por qué estos edificios ha-
bían sido destruidos por un incendio. Estoy segura que a menos que
la administración de estas instituciones se lleve a cabo en una forma
que esté más de acuerdo con la voluntad de Dios, se producirán
nuevas manifestaciones del desagrado divino.—
Carta 182, 1903
.
Examen de conciencia
—La destrucción de la sede de la Review
and Herald no debiera considerarse un hecho carente de significado.
Todos los obreros de esta institución debieran preguntarse: “¿En
qué sentido merezco esta lección? ¿En qué respecto he obrado
contrariamente a un ‘Así dice el Señor’ para que él me haya enviado
esta lección? ¿He obedecido las advertencias y los reproches que él
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