Página 194 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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El Ministerio de Publicaciones
nalidades. Existe un solo Señor y una sola fe. Debemos esforzarnos
por contestar la oración que Cristo hizo en favor de la unidad de sus
discípulos. “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Como tú
me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos
me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados
en la verdad.
“Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que
han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean
uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean
uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”.
Juan
17:17-21
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Debiera entenderse que una perfecta unidad entre los obreros es
necesaria para llevar a cabo con éxito la obra de Dios. Para mantener
la paz, todos deben buscar sabiduría en el Gran Maestro. Que todos
tengan cuidado en la forma como presentan propuestas ambiciosas
que pueden crear disensión.
Debemos someternos unos a otros. Nadie en sí mismo constituye
un todo completo. Mediante el sometimiento de la mente y la volun-
tad al Espíritu Santo debemos convertirnos en alumnos permanentes
del Gran Maestro.
Estudiad el segundo capítulo de los Hechos. En la iglesia pri-
mitiva, el Espíritu Santo obró poderosamente por medio de los que
estaban armoniosamente unidos. En el día de pentecostés todos se
encontraban de común acuerdo en un mismo lugar.
Tenemos que demostrar ante el mundo que personas de todas
las nacionalidades están unidas en Cristo Jesús. Entonces, elimine-
mos todas las barreras y unámonos en el servicio del Maestro.—
Testimonies for the Church 9:195, 196
.
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