Página 198 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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El Ministerio de Publicaciones
poner en circulación
El conflicto de los siglos
[1888] y
Patriarcas y
profetas
[1890], yo sabía que sus afirmaciones no eran verdad. M
y usted se confederaron para prestarse mutuo apoyo, y trabajaron
de acuerdo con su estrechez mental para usar su influencia a fin de
controlar el proceso de publicación de los libros y efectuar todas
las manipulaciones necesarias para obtener las mayores ganancias
posibles para la casa editora. El Señor me llevó a sus reuniones
administrativas. Se me pidió que tomara nota de las influencias
puestas en acción para obstruir
El conflicto de los siglos
, a tal punto
que casi fue eliminado del plan de publicación. Sucedió lo mismo
con
Patriarcas y profetas
.
El Hno. N me hizo las más solemnes promesas, diciendo que si
yo bajaba a diez centavos de dólar los derechos de autor para el libro
El conflicto de los siglos,
la Pacific Press promovería el libro con
todas sus fuerzas. Sin embargo, a pesar de estas promesas, se puso
en circulación la obra
Bible Readings
[Las hermosas enseñanzas de
la Biblia] y como se la vendía a un precio módico, obstruyó la venta
de los libros que Dios había ordenado que fueran escritos, para que
la luz de la verdad pudiera presentarse al mundo a fin de preparar
a un pueblo para el gran día de Dios. Yo hice todas las exhorta-
ciones que pude, pero inútilmente. Esta obra deshonesta continuó
llevándose a cabo con obstinación y en forma extraña. El Hno. N
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pensó que aunque no había obrado bien conmigo, debía seguir las
instrucciones procedentes de Battle Creek. En el congreso realizado
en Minneápolis en 1888, el Hno. M me prometió firmemente que
se ocuparía de estas obras y las promovería durante la primavera
siguiente. ¿Lo hizo? No. En cambio, se las mantuvo en forma muy
decidida en último lugar, y su voz ejerció mucha influencia para que
esto fuera así; usted desanimó su venta y favoreció
Bible Readings
,
y a la suya se sumó la influencia del Hno. M...
La Pacific Press violó la promesa solemne que me había hecho,
según la cual si me conformaba con diez centavos de dólar por
libro como derecho de autor harían circular ampliamente el libro
[
El conflicto de los siglos
]. Habrían reducido aún más el derecho
de autor, pero se me advirtió que estaba estimulando un espíritu
de injusticia y que era mi deber proteger no sólo mis derechos
individuales sino también los derechos de los demás...