Página 251 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

Basic HTML Version

Componentes del liderazgo de calidad
247
los pensamientos serían claros y agudos, y los asuntos se atenderían
con presteza.—
Joyas de los Testimonios 3:196
.
Relación de la dieta con la actitud en las reuniones
—Antes
que nuestros hermanos se reúnan en concilio o reuniones de directo-
rio, cada uno debe presentarse ante Dios, escudriñar cuidadosamente
su corazón y examinar sus motivos con ojo crítico. Rogad al Señor
que él se os revele para que no critiquéis o condenéis imprudente-
mente las medidas propuestas.
Sentados ante mesas abundantemente cargadas, ciertos hombres
comen a menudo mucho más de lo que pueden digerir fácilmente.
El estómago recargado no puede hacer debidamente su trabajo. El
resultado es una sensación desagradable de embotamiento del cere-
bro y el espíritu no actúa prestamente. Las combinaciones impropias
de alimentos crean disturbios; se inicia la fermentación; la sangre
queda contaminada y el cerebro se confunde.
El hábito de comer en exceso, o de comer demasiadas clases
de alimentos en una comida, causa con frecuencia dispepsia. Se
[292]
ocasiona así un grave daño a los delicados órganos digestivos. El
estómago protesta en vano y suplica al cerebro que razone de causa a
efecto. La excesiva cantidad de alimento ingerido, o la combinación
impropia, hace su obra perjudicial. En vano dan su advertencia las
prevenciones desagradables. El sufrimiento es la consecuencia. La
enfermedad reemplaza a la salud.
Puede ser que algunos pregunten: ¿Qué tiene que ver esto con
las reuniones de la junta? Muchísimo. Los efectos de comer en
forma errónea penetran en las reuniones de concilio y de junta. El
cerebro queda afectado por la condición del estómago. Un estómago
desordenado produce un estado mental desordenado e incierto. Un
estómago enfermo produce una condición enfermiza del cerebro, y
con frecuencia le induce a uno a sostener con terquedad opiniones
erróneas. La supuesta sabiduría de una persona tal es insensatez para
Dios.—
Joyas de los Testimonios 3:197
.
Enseñando los principios de salud con el ejemplo
—El colpor-
tor, en su relación con la gente, puede hacer mucho para demostrar
el valor de la vida saludable. En lugar de quedarse en un hotel, de-
biera, cuando es posible, obtener alojamiento en una casa de familia.
Cuando se encuentra a la mesa sentado con la familia, debe prac-
ticar la instrucción dada en los libros de salud que vende, y elevar