Página 261 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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Búsqueda de colportores evangelistas
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Agricultores y mecánicos pueden ser buenos representan-
tes
—El Sol de Justicia ha salido sobre la iglesia, y el deber de la
iglesia es resplandecer. Los que están unidos con Cristo crecerán en
gracia y en el conocimiento de Jesucristo, hasta alcanzar la plena
estatura de hombres y mujeres en él. Nadie debe ser un holgazán
en la viña. Si todos los que pretenden creer en la verdad hubieran
aprovechado al máximo sus oportunidades y su capacidad con todo
el privilegio que tenían de aprender, se habrían hecho fuertes en
Cristo. No importa cuál haya sido su ocupación: agricultores, mecá-
nicos, profesores o pastores, si se hubieran consagrado enteramente a
Dios, hubieran sido representantes eficientes al servicio del Maestro
celestial.—
Manuscrito 151, 1897
.
Los afroamericanos deben ser entrenados como colporto-
res
—Ultimamente, a medida que se me han mostrado las urgentes
necesidades de este campo [el sur del país], he dormido muy poco.
Hay que llevar a cabo obra médica entre este pueblo [la gente de
color], y hay que prepararlos en enfermería, en el arte de cocinar y
en otros importantes ramos de trabajo. Entre ellos hay quienes de-
bieran ser preparados para trabajar como maestros, obreros bíblicos
y colportores.—
El Evangelismo, 343
.
[303]
Reclutas para trabajar en lugares donde no hay obra ad-
ventista
—Gran número de los hijos de Dios debe ir con nuestras
publicaciones a los lugares donde el mensaje del tercer ángel nunca
ha sido proclamado. Nuestros libros deben ver la luz en muchos
idiomas distintos. Con estos libros deben salir hombres fieles como
colportores evangelistas para llevar la verdad a los que sin ese medio
nunca recibirían la luz. Los que comprenden este ramo de actividad
deberían también prepararse para hacer trabajo médico misionero.
Hay que acudir en auxilio de los enfermos y dolientes. Muchos de
los que habrán sido aliviados en esta forma, entenderán y aceptarán
las palabras de vida.
La obra del colportor evangelista cuyo corazón está saturado por
el Espíritu Santo, abunda en admirables posibilidades para hacer el
bien. La presentación de la verdad hecha con amor y sencillez de
casa en casa, está en armonía con la instrucción que Cristo dio a
sus discípulos cuando los envió en su primer viaje misionero. Mu-
chos serán alcanzados por medio de cantos de alabanza y oraciones
humildes y sinceras. El Obrero divino estará presente para poner