Página 260 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

Basic HTML Version

256
El Ministerio de Publicaciones
debieran discernir con rapidez los talentos que pueden utilizarse en
la obra misionera realizada mediante publicaciones; y debieran hacer
todo lo que pueden para desarrollar esos talentos.—
The Review and
Herald, 5 de noviembre de 1914
.
Se necesitan reclutas de calidad
—Se necesitan misioneros en
todas partes. En todo el campo hay que buscar colportores, pero no
del elemento flotante de la sociedad, ni tampoco entre hombres y
mujeres ineptos en todo y carentes de éxito en empresa alguna; sino
entre quienes se expresan con corrección, tienen tacto, son previsores
y poseen habilidad. Estas cualidades son necesarias para tener éxito
en el colportaje y ocupaciones afines. Hay personas capaces de
realizar esta obra que se dedican a ella, pero algunos pastores con
poco juicio los halagan diciéndoles que sus dones y habilidades
se pueden utilizar mejor en tareas de oficina que en el colportaje.
De este modo se desdeña y rebaja esta obra. Se influye en ellos
para que obtengan una licencia que les permita predicar; y así las
mismas personas que habrían podido ser entrenadas para ser buenos
misioneros que visitaran a las familias en sus casas, dialogaran y
oraran con ellas, se convierten en ministros deficientes; y de este
modo se descuida el campo donde se necesita tanta ayuda, y donde
podría realizarse tanto bien para la causa. Tanto el colportor eficiente
como el ministro debieran recibir una remuneración adecuada por
sus servicios si hacen el trabajo con fidelidad.
Si hay una obra que es más importante que otra, es la de colo-
car nuestras publicaciones en manos del público para inducirlo a
[302]
investigar la Biblia. La obra misionera, como presentar nuestras pu-
blicaciones a las familias, departir y orar con ellas, es una buena obra
que, además, preparará hombres y mujeres para que se desempeñen
en tareas pastorales.
No todos están preparados para participar en esta obra. Los que
poseen los mejores talentos y habilidades, que se ocuparán de la
obra sabiendo lo que tienen que hacer en forma sistemática y con
incansable energía, deben ser los elegidos. Es necesario tener un
plan muy bien organizado y ponerlo en acción con fidelidad. Las
iglesias en todas partes deben manifestar un marcado interés en la
obra misionera realizada mediante las publicaciones.—
Testimonies
for the Church 4:389, 390
.