Página 263 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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Búsqueda de colportores evangelistas
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a muchos en el arte de vender
Palabras de vida del gran Maestro
y
El ministerio de curación.—
Testimonies for the Church 9:81-83
.
Aprendamos a usar sabiamente las publicaciones
—Cuando
seguimos los planes del Señor, colaboramos con Dios. Cualquiera
que sea nuestro cargo—presidente de asociación, predicador, maes-
tro, alumno, o simplemente miembro de iglesia—, el Señor nos tiene
por responsables de que aprovechemos nuestras oportunidades de
dar la luz a quienes necesitan la verdad presente. Uno de los mejores
medios que él nos ha confiado lo constituyen las publicaciones. En
nuestras escuelas y sanatorios, en nuestras iglesias y más particular-
mente en nuestros congresos, debemos aprender a hacer uso juicioso
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de este precioso medio. Allí, obreros escogidos deben enseñar con
paciencia a nuestro pueblo a acercarse de un modo amable a los que
no son creyentes y a colocar en sus manos las publicaciones que con
poder y claridad presentan la verdad para nuestra época.—
Joyas de
los Testimonios 3:324
.
Los pastores deben ayudar a reclutar colportores
—Este es
un tiempo cuando la asociación debiera presentarse ante la gente con
una luz más favorable que en el pasado. Actualmente debemos instar
a nuestro pueblo a que ayude al máximo de su habilidad. Debemos
urgirlos a que efectúen una obra que resulte agradable para Dios
en la adquisición del libro [
Palabras de vida del gran Maestro
].
Debemos pedir que se empleen todos los recursos posibles para
hacer circular esta obra. Y también, si es posible, que todo el campo
tenga sus colportores. Debemos instar a los ministros que cuando
visiten sus iglesias que animen a hombres y mujeres a dedicarse al
colportaje, que den un paso decisivo en el camino de la negación de
sí mismos donando una parte de sus ganancias para ayudar a salir de
sus deudas a nuestras escuelas. Ciertamente pueden hacer eso para
ayudar a nuestro Maestro.—
Manuscrito 10, 1900
.
Una persona bien entrenada es mejor que diez sin prepara-
ción
—Un obrero que se ha estado preparando y educando para la
obra, que es dirigido por el Espíritu de Cristo, llevará a cabo mucho
más que diez obreros que salen a trabajar deficientes en su conoci-
miento y débiles en su fe. Uno que trabaje en armonía con el consejo
de Dios y en unidad con sus hermanos, será mucho más eficiente
para hacer el bien que diez que no comprendan la necesidad de