Página 271 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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Búsqueda de colportores evangelistas
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valor. ¿Quién podría estimar la influencia que pudiera tener una
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página arrancada, con verdades del mensaje del tercer ángel, sobre
el corazón de alguien que busca la verdad? Cada página publicada
por la casa editora es un rayo de luz celestial que debe brillar en las
comunidades urbanas y rurales. Recordemos que alguien se alegrará
de recibir todas las páginas que podamos ofrecerle.
En el milagro realizado por Cristo cuando dio de comer a la
multitud con unos pocos panes y peces, el alimento aumentaba a
medida que pasaba de Cristo a los que lo aceptaban. Así ocurrirá
en el caso de la distribución de nuestras publicaciones. La verdad
de Dios, a medida que circula, también aumentará en gran medida.
Y así como Cristo tuvo cuidado de instruir a los discípulos para
que reunieran los fragmentos sobrantes, para que nada se perdiera,
también nosotros debiéramos atesorar cada fragmento de publicación
que contenga la verdad para este tiempo.—
Manuscrito 67, 1903
.
Monumentos conmemorativos en cada ciudad y aldea
—Una
escena muy impresionante pasó ante mí en visiones nocturnas. Vi
una inmensa bola de fuego que caía en medio de un grupo de her-
mosas casas que fueron destruidas instantáneamente. Oí a alguien
decir: “Sabíamos que los juicios de Dios visitarían la tierra, mas
no pensábamos que vendrían tan pronto”. Otros dijeron en tono de
reproche: “Vosotros que sabíais estas cosas, ¿por qué no dijisteis
nada? ¡Nosotros no lo sabíamos!” Y por todas partes oía reproches
parecidos.
Me desperté angustiada. Volví a dormirme y me pareció en-
contrarme en una gran asamblea. Un Ser de autoridad hablaba al
auditorio, señalando un mapamundi. Decía que aquel mapa repre-
sentaba la viña de Dios que debemos cultivar. Cuando la luz celestial
brillaba sobre alguno, debía transmitirla. Debían encenderse luces
en los diferentes lugares y de estas luces se encenderían otras aún...
Vi focos de luz que brillaban desde las ciudades y los pueblos, en
las montañas y los llanos. La Palabra de Dios era obedecida y como
resultado en cada ciudad y cada pueblo se levantaban monumentos
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a su gloria. Su verdad era proclamada en todo el mundo.
Luego el mapa fue quitado y reemplazado por otro en el cual la
luz brillaba sólo en unos pocos lugares. El resto del mundo estaba
sumergido en las tinieblas; apenas si se percibían algunos rayos de
luz aquí y allí. Nuestro Instructor dijo entonces: “Esta oscuridad se