Página 28 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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El Ministerio de Publicaciones
huérfano, de ser bondadoso con el pobre, y de ayudar al necesitado.
El cuidaba celosamente los intereses de los hermanos, a fin de que
no se tomara injusta ventaja en contra de ellos.
También vi registrados en el Libro mayor del cielo los esfuerzos
fervientes de mi esposo para edificar las instalaciones que hay en
nuestro medio. La verdad difundida por la prensa era como rayos
de luz que emanaban del sol en todas direcciones. Esta obra se
comenzó y se desarrolló con gran sacrificio de fuerzas y de recursos
económicos.—
Notas Biográficas de Elena G. de White, 268, 269
.
Trabajos abnegados de Urías Smith—
Podemos contar fácil-
mente a los que llevaron la carga al comienzo y que aún permanecen
con vida [1902]. El pastor [Urías] Smith se relacionó con nosotros al
comienzo de nuestras actividades editoriales. Trabajó con mi esposo.
[32]
Espero ver siempre su nombre en la
Review and Herald
, a la cabeza
de la lista de los redactores, porque así es como debería ser. Los que
comenzaron la obra, los que lucharon valientemente en el calor de la
batalla, no deben perder su posición ahora. Deben ser honrados por
los que entraron en la obra después que otros ya habían soportado
las privaciones más duras.
Siento mucha simpatía por el pastor Smith. Mi interés en la obra
de las publicaciones está unido con el suyo. Vino a nosotros como
un hombre joven, con talentos que lo capacitaban para ocupar el
cargo de redactor. ¡Cuánto gozo experimenté al leer sus artículos en
la
Review,
tan excelentes, tan llenos de verdades espirituales! Doy
gracias a Dios por ellos. Siento mucha simpatía por el pastor Smith,
y creo que su nombre debería aparecer siempre en la
Review
como
el redactor principal. Dios quiere que así sea. Me sentí herida hace
algunos años, cuando su nombre fue colocado en segundo lugar.
Cuando volvió a ser puesto en primer lugar, lloré, y dije: “Gracias
sean dadas a Dios”. Que siempre permanezca allí, como Dios lo
desea, mientras el pastor Smith pueda sostener una pluma en la
mano. Y cuando sus fuerzas flaqueen, que sus hijos escriban lo que
él les dicte.—
Mensajes Selectos 2:257, 258
.
No permitamos que nuestro pueblo olvide la historia de los
pioneros—
Es necesario volver a publicar el relato de las experien-
cias por las que el pueblo de Dios pasó en la historia temprana de
nuestra obra. Muchos de los que posteriormente han llegado a la
verdad ignoran los medios por los cuales Dios ha obrado. El caso