Página 302 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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El Ministerio de Publicaciones
bien escritos sobre este gran asunto, deben esparcirse como las hojas
del otoño.—
Consejos sobre el Régimen Alimenticio, 554, 555
.
Haced circular las revistas de salud
—En toda nuestra obra
debemos ejercer cuidado para que una rama no se convierta en espe-
cialidad, mientras sufren otros intereses. No se ha puesto suficiente
interés en la circulación de nuestras revistas de salud. La circulación
de esas revistas no debe descuidarse, porque si se lo hace, la gente
sufrirá una gran pérdida.
Que nadie piense que la circulación de las revistas de salud es
un asunto de menor importancia. Todos debieran manifestar más
interés en esta obra y realizar mayores esfuerzos para llevarla a
cabo. Dios bendecirá abundantemente a los que se preocupen de
esto con seriedad, porque es la obra que debiera recibir atención en
este tiempo.
Los pastores pueden hacer mucho para estimular la circulación
de las revistas de salud, y debieran hacerlo. Cada miembro de la
iglesia debiera trabajar fervorosamente en favor de esas revistas,
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como también de otras publicaciones. No debiera existir fricción
entre las dos. Ambas debieran circular al mismo tiempo en el campo.
Cada una es complemento de la otra, y en ningún sentido puede
ocupar su lugar. La circulación de las revistas de salud constituirá un
medio poderoso para preparar a la gente para que acepte las verdades
especiales que la harán idónea para la pronta venida del Hijo del
Hombre.—
Consejos sobre la Salud, 444, 445
.
Promoved las publicaciones sobre temperancia
—Entre todos
los que se llaman amigos de la temperancia, los adventistas deben
hallarse en primera fila.—
Obreros Evangélicos, 398
.
Acerca de la cuestión de la temperancia, mantened vuestra posi-
ción sin vacilar. Sed firmes como una roca.—
Obreros Evangélicos,
409, 410
.
Tenemos que hacer una obra en los ramos de la temperancia
además de hablar en público. Debemos presentar nuestros principios
en folletos, libritos y revistas. Debemos emplear todo medio posible
para despertar a nuestro pueblo a fin de que cumpla con su deber de
ponerse en relación con los que no conocen la verdad. El éxito que
hemos obtenido en la obra misionera ha sido plenamente propor-
cional a los esfuerzos abnegados que hemos hecho. Sólo el Señor
sabe cuánto podríamos haber logrado si nos hubiésemos humillado