Página 310 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

Basic HTML Version

306
El Ministerio de Publicaciones
Centros de publicaciones fuera de los Estados Unidos
Debéis trabajar aquí tal como lo hicimos en los Estados Unidos;
tened vuestras sociedades de publicaciones y otras facilidades, y aun-
que algunas veces parezca que las publicaciones no producen mucho
en ciertos lugares, de todos modos debéis continuar avanzando. En
los Estados Unidos pasamos por esta misma experiencia; pero se-
guimos enviando esas publicaciones a diferentes clases de personas,
y transcurrió algún tiempo antes de que pudiésemos apreciar cierta
medida de progreso.
Se me ha mostrado que hay que imprimir un molde diferente
a la obra aquí en estos reinos, y debe haber poder del Dios del
cielo para inspiraros a trabajar en una forma diferente; y aunque
los Hnos. Matteson y Olsen colaborarán con nosotros en la obra,
quisiera dejaros esta inquietud ahora de manera que podáis comenzar
a pensar en forma diferente. Podéis hacer diez veces más de lo que
pensáis que es posible hacer; pero la incredulidad os hace decir que
no podéis hacer nada en este sentido o en el otro, pero vosotros
podéis, hermanos.
Los hábitos y las costumbres de aquí son algo diferentes que en
los Estados Unidos, pero la naturaleza humana es la misma tanto
aquí como allá, y los hermanos que han aceptado la verdad de todo
su corazón están dispuestos a trabajar si tan sólo se los educa en la
forma como deben trabajar. Hermanos, no he dormido más de tres
horas noche tras noche pensando en la obra en Europa, y me parece
[361]
que a duras penas puedo contenerme cuando comprendo estas cosas.
He visto lo que Dios está dispuesto a hacer por vosotros, pero
Dios obrará tan sólo de acuerdo con la fe que tengáis. Por lo tanto
queremos aumentar vuestra fe, y ampliar vuestras ideas, y ojalá que
el Señor haga sentir la carga de la obra a cada uno de vosotros que
creéis la verdad.—
El Evangelismo, 308, 309
.
Peligro de actuar en forma demasiado rutinaria
—Nuestros
hermanos debieran tener cuidado de no tornarse rutinarios en sus
planes y trabajos. Pueden gastar tiempo y dinero en preparar un
conjunto de normas exactas, para que la obra deba realizarse sólo de
ese modo, porque en caso contrario no se la considera bien hecha.
Existe el peligro de ser demasiado meticulosos. Debiera tenerse
más cuidado para evitar gastos excesivos de transportación de libros
y personas. Esto ejerce mala influencia sobre la causa de Dios.