Página 34 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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El Ministerio de Publicaciones
Echo
de Melbourne, otro departamento de prensas. En él reconoció
el lugar y las prensas como pertenecientes al grupo que había visto
en su visión de Battle Creek del 3 de enero de 1875
Palabras de ánimo para los obreros europeos—
El congreso
de la Asociación Suiza se realizó del 10 al 14 de septiembre de
1885. Asistieron más o menos doscientas personas. A esta reunión
siguió inmediatamente el Concilio Misionero Europeo, que continuó
por dos semanas. En estas reuniones se recibieron informes muy
interesantes de Escandinavia, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia
y Suiza, países en los cuales la causa de la verdad presente había
empezado a afianzarse. Los informes produjeron algunas discusiones
animadas de temas como éstos: los planes más eficaces para la
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circulación de nuestras publicaciones; la ilustración de nuestros
periódicos y libros; el uso de carpas y la posición de la iglesia sobre
portar armas.
Los hermanos de Escandinavia informaron que la venta de pu-
blicaciones en sus asociaciones durante el año fiscal anterior había
alcanzado la suma de 1.033 dólares. Los delegados de Gran Bretaña
informaron que las ventas habían sido de 550 dólares. La oficina de
Basilea había recibido 1.010 dólares por sus periódicos en alemán y
francés.
Los colportores que trabajaban en la Europa católica pasaron
mucho tiempo relatando sus incidentes y refiriendo ante el concilio
las causas por las cuales nuestras publicaciones no podían venderse
en Europa con los mismos planes que se usaban con mucho éxito
en los Estados Unidos; e instaban a que al colportor se le diera un
Pocos meses después que Elena de White tuvo esta visión, su esposo escribió:
“Resulta placentero hacer referencia a la bondadosa manifestación del Espíritu Santo a
la Sra. White ocurrida en la noche del 3 de enero de 1875. Entonces se hallaba enferma
de gravedad con gripe y confinada en cama en su habitación durante una semana, a tal
punto que los médicos del Instituto de Salud habían sentido ansiedad por su estado de
salud. Encontrándose en esta condición, siguió las instrucciones dadas en el capítulo cinco
de la epístola de Santiago, y después de una gran manifestación de fe, como el hombre
del evangelio que estiró su mano seca, ella alcanzó el punto de liberación del dolor y la
enfermedad, después de la cual recibió una visión que duró diez minutos. A continuación
se vistió para asistir a una reunión, caminó hasta la iglesia y habló durante veinte minutos
a la concurrencia que llenaba el lugar, tras lo cual regresó a su casa. Desde ese momento,
ha escrito mucho y ha hablado a la gente con frecuencia” Jaime White, (
Testimonies for
the Church 3:570
), nota de pie de página.