Página 385 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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Una cosecha sin precedentes
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sido con esta obra para prosperarla y edificarla.—
Notas Biográficas
de Elena G. de White, 216
.
La iglesia triunfante
—La obra pronto ha de terminar. Los
miembros de la iglesia militante que han demostrado ser fieles inte-
grarán la iglesia triunfante.
Y nuestro General, que no comete nunca un yerro, nos dice toda-
vía: “Avanzad, entrad en nuevos territorios; enarbolad el estandarte
en todo país. ‘Levántate, resplandece; que ha venido tu lumbre, y la
gloria de Jehová ha nacido sobre ti’”.
Ha llegado el tiempo en que, por medio de los mensajeros de
Dios, se está desenvolviendo el rollo ante el mundo. La verdad
contenida en los mensajes del primero, segundo y tercer ángeles,
debe ir a toda nación, tribu, lengua y pueblo; debe iluminar las
tinieblas de todo continente, y extenderse hasta las islas de la mar.
No debe dejarse dilatar esta obra de gran importancia.
Nuestro santo y seña debe ser: ¡Adelante, siempre adelante! Los
ángeles de Dios irán delante de nosotros para prepararnos el camino.
No podemos deponer nuestra preocupación por las regiones lejanas
antes de que toda la tierra esté iluminada por la gloria del Señor.—
El
Evangelismo, 512, 513
.
Gratitud de los redimidos
—Toda la alabanza, el honor y la
gloria por nuestra redención serán dados a Dios y al Cordero; pero
no irá en desmedro de la gloria de Dios expresar agradecimiento a
los instrumentos que él ha empleado en la salvación de las almas
que estaban a punto de perecer.
Los salvados reconocerán a las personas que dirigieron su aten-
ción hacia el Salvador resucitado. ¡Qué conversación feliz tendrán
con esas personas! “Yo era un pecador—dirán algunos—, sin Dios
ni esperanza en el mundo, y tú viniste a mi encuentro y dirigiste mi
atención hacia mi precioso Salvador como mi única esperanza. Y
yo creí en él. Me arrepentí de mis pecados y se me concedió que
me sentara con sus santos en los lugares celestiales”. Otros dirán:
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“Yo era un pagano en tierras paganas. Tú dejaste a tus amigos y tu
cómodo hogar, y fuiste a enseñarme cómo podía encontrar a Jesús
y creer en él como el único Dios verdadero. Destruí mis ídolos y
adoré a Dios; y ahora lo veo cara a cara. Estoy salvado, eternamente
salvado para contemplar a Aquel a quien amo. Entonces lo veía
solamente con los ojos de la fe, pero ahora lo veo tal como él es.