Página 45 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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Propósito de Dios para la obra de publicaciones
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multiplicado por millares. Dios ha preparado maravillosamente el
camino. Los recursos de la prensa, con sus múltiples facilidades,
están a nuestras órdenes. La Biblia y las publicaciones en muchos
idiomas, que presentan la verdad para este tiempo, están a nuestra
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disposición, y pueden ser rápidamente llevadas a todas partes del
mundo.
Tenemos que dar la última amonestación de Dios a los hombres,
y ¡cuánto no debería ser el fervor que manifestemos en estudiar la
Biblia, y el celo que revelemos en esparcir la luz!—
El Evangelismo,
509
.
Hay que actuar con rapidez para presentar la verdad me-
diante las publicaciones—
El Señor ha mostrado el error de mu-
chos al esperar que sólo los que tienen propiedades sostengan la
publicación del periódico y de los folletos. Todos deben desempeñar
su parte. Los que tienen fuerza para trabajar con las manos, y ganan
recursos con qué ayudar a sostener la causa, son tan responsables por
ello como lo son otros por sus propiedades. Cada hijo de Dios que
profesa creer la verdad presente, debe ser celoso para desempeñar
su parte en esta causa...
Vi que la verdad debe avanzar y que no debemos ser demasiado
temerosos; que es preferible que los folletos y los periódicos lleguen
a tres personas que no los necesiten más bien que dejar privada
de ellos a una persona que los apreciaría, y podría ser beneficiada
por ellos. Vi que las señales de los últimos días deben recalcarse
claramente, pues las manifestaciones de Satanás van en aumento.
Las publicaciones de Satanás y sus agentes van creciendo; su poder
también crece, y lo que hagamos para presentar la verdad a otros
debe ser hecho prestamente.—
Primeros Escritos, 95, 96
.
Hay que enviar publicaciones en todos los idiomas—
Predi-
car el mensaje de advertencia a todas las naciones, tal debe ser el
objeto de nuestros esfuerzos. Se preparará el camino para que el
obrero fiel trabaje en todo tiempo y ocasión por la conversión de las
almas. Sobre todos los que han recibido la palabra de Dios descansa
la responsabilidad de llevar a cabo esta obra. De ciudad en ciudad,
y de país en país, deben llevar las publicaciones que contienen la
promesa del pronto regreso del Salvador. Estas publicaciones deben
traducirse a todos los idiomas; porque el Evangelio debe predicarse
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