Página 83 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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Requisitos habilitantes para la obra y la eficiencia
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se necesita el discernimiento más fino. Y si se quiere realizar algún
progreso en favor del proyecto que se había aprobado, debe hacerse
en el momento oportuno. La mínima oscilación del peso en el platillo
de la balanza debiera percibirse y decidir el asunto de inmediato. Las
largas demoras cansan a los ángeles. Es aun más excusable efectuar
una decisión equivocada de vez en cuando, que estar continuamente
en una posición inestable y ser vacilante, inclinarse a veces en una
dirección y después en otra. Esta vacilación y duda producen más
perplejidad y desdicha que el hecho de actuar a veces con excesiva
precipitación.
Se me ha mostrado que las victorias más señaladas y las más
terribles derrotas se han producido en el lapso de minutos. Dios
requiere prontitud de acción. Las demoras, dudas, vacilaciones e
indecisiones, suelen dar al enemigo toda la ventaja. Hermano mío,
usted debe reformarse. El momento oportuno de las cosas puede
decir mucho en favor de la verdad. Con frecuencia se pierden vic-
torias a causa de la dilación. Habrá crisis en esta causa. La pronta
decisión y la acción decisiva en el momento debido producirán triun-
fos gloriosos, mientras que la demora y el descuido resultarán en
grandes fracasos y deshonra para Dios. Los movimientos rápidos y
el momento crítico con frecuencia desarman al enemigo, quien es
frustrado y vencido, porque había esperado demasiado para trazar
planes y trabajar con sus estratagemas.
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Dios desea hombres relacionados con su obra en Battle Creek
que posean prontitud de juicio, y mentes que cuando sea necesario
puedan actuar con la rapidez del rayo. La mayor prontitud es nece-
saria en la hora del peligro. Cada plan puede haber sido muy bien
concebido para que produzca ciertos resultados, y sin embargo un
atraso pequeño puede hacer que las cosas adquieran un cariz muy
diferente, y los grandes objetivos que hubieran podido alcanzarse se
pierden por falta de rápida previsión y pronta ejecución. Se puede
hacer mucho en la preparación de la mente para vencer la indolencia.
Hay ocasiones cuando se necesita una gran precaución y delibera-
ción, cuando la irreflexión sería locura. Pero aun en este caso se ha
perdido mucho debido a excesiva vacilación. Se requiere cierto gra-
do de precaución; pero la vacilación y los modos de procedimiento
en ciertas ocasiones han sido más desastrosos que lo que hubiera
sido un fracaso provocado por la irreflexión.