Página 98 - El Ministerio de Publicaciones (1997)

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El Ministerio de Publicaciones
en grave peligro. Producen algo nuevo que no concuerda con la
Palabra de Dios, y carecen del discernimiento necesario para ver el
verdadero mal que resulta de su ambición de sobrepasar a otros en
la producción de cosas nuevas y extrañas. Así es como el error llega
a parecerles verdad, y lo presentan como una nueva luz maravillosa,
cuando sólo se trata de una innovación que invalida el “Así dice el
Señor”.
Que todo caiga bajo la influencia controiadora del Espíritu Santo
de Dios. Bajo la dirección del Espíritu Santo, alguien puede em-
plear las mismas expresiones usadas por un compañero en la obra
motivado por la misma dirección. No debiera realizar un esfuerzo
para hacerlo, o para dejar de hacerlo, sino que debe permitir que el
Espíritu Santo obre sobre la mente. Hay una cosa que todos debieran
hacer: “Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de
la paz”.
Efesios 4:3
.—
Carta 53, 1900
.
La obra de ningún autor humano es perfecta
—La obra de
ningún autor humano es perfecta. La profundidad del intelecto hu-
mano puede medirse. Las minas más ricas de la producción humana
no son inagotables. Pero el vuelo más elevado, profundo y amplio
de la imaginación es incapaz de encontrar a Dios. Existe lo infinito
más allá de todo lo que podamos comprender mediante nuestras
propias fuerzas: el Espíritu Santo debe revelarse en nosotros. Mu-
chas personas se encuentran demasiado satisfechas con las verdades
superficiales de la revelación. Pasan por alto preciosas gemas de
la verdad porque no logran discernir su valor.—
The Signs of the
Times, 22 de diciembre de 1898
.
Las revistas de la iglesia deben mejorar
—Ambas revistas [
Re-
view and Herald
y
Signs of the Times
] necesitan más ayuda... para
que no lleven el sello de la mente de un solo hombre ni de su tem-
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peramento peculiar. Todos tienen puntos fuertes y puntos débiles;
y todos tienen prejuicios, como también preferencias y aversiones,
por tanto se corre el riesgo de que se filtren en la revista. Debiera
mezclarse al juicio de varias personas pues, mientras uno es débil
en algunos puntos, los demás pueden suplir la deficiencia. Esto es
lo que Dios se propuso que existiera en la tarea de llevar a cabo su
obra en la tierra. Sus siervos, de diversos temperamentos, gustos y
hábitos, debieran fusionarse para constituir un todo perfecto.